Genesis 32, 1-23

Al día siguiente se levantó Labán de mañana, besó a sus hijos y a sus hijas y los bendijo. Después se marchó para volverse a su lugar. Jacob prosiguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. Al verlos, dijo Jacob: “Este es el campamento de Dios”; y por eso llamó a aquel lugar Majanayim." Envió Jacob ante sí mensajeros a Esaú, su hermano, a tierras de Seir, en los campos de Edom, mandándoles: “Así habéis de decir a mi señor Esaú: He aquí lo que dice Jacob, tu siervo: He estado con Labán y he morado con él hasta ahora. Tengo bueyes y asnos, ovejas, siervos y siervas, y quiero hacérselo saber a mi señor, para hallar gracia a sus ojos.” Los mensajeros volvieron, diciendo a Jacob: “Hemos ido a ver a tu hermano Esaú, y viene él a tu encuentro con cuatrocientos hombres.” Jacob se atemorizó grandemente y se angustió; dividió en dos partes a los que le acompañaban, los rebaños, los ganados y los camellos, diciéndose:" “Si encuentra Esaú una parte y la destroza, quizá pueda salvarse la otra”;" y dijo: “Dios de mi padre Abraham, Dios de mi padre Isaac, Yahvé, que me dijiste: Vuelve a tu tierra, al lugar de tu nacimiento, que yo te favoreceré, Muy poco soy para todas las gracias que a tu siervo has hecho, y toda la fidelidad que con él has tenido, pues pasé este río Jordán llevando sólo mi cayado, y vuelvo ahora con dos escuadras. Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, pues le temo, no sea que venga a matarnos a todos, la madre con sus hijos. Tú me has dicho: Yo te favoreceré grandemente y haré tu descendencia como las arenas del mar, que por lo numerosas no pueden contarse.” Pasó allí Jacob aquella noche, y de cuanto tenía tomó para hacer presentes a Esaú, su hermano: doscientas cabras y veinte machos;" doscientas ovejas y veinte carneros;" treinta camellas criando, con sus crías; cuarenta vacas y diez toros; veinte asnas y diez asnos," y, poniendo en manos de sus siervos cada uno de los hatos separadamente, les dijo: “Id delante de mí, dejando un espacio entre hato y hato.” Al primero le dio esta orden: “Si te encuentra Esaú, mi hermano, y te pregunta: ¿De quién eres, adonde vas y de quién es eso que llevas?, le responderás: De tu siervo Jacob; es un presente que envía a mi señor, a Esaú, y él viene también detrás de nosotros.” La misma orden dio al segundo y al tercero, y a todos cuantos llevaban el ganado, diciéndoles: “Así habéis de hablar a Esaú cuando le encontréis. Le diréis: He aquí que tu siervo Jacob viene detrás de nosotros.” Pues se decía: Le aplacaré con los presentes que van delante y luego le veré; quizá me acoja bien." Los presentes pasaron delante de él, y él se quedó allí aquella noche en el campamento;" y levantándose todavía de noche y tomando a sus dos mujeres, a sus dos siervas y sus once hijos, les hizo pasar el vado de Yaboq.
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