Jeremías  28, 8-14

Los profetas que desde antiguo antes de mí y antes de ti fueron, profetizaron a numerosos países y a grandes reinos la guerra, la desventura y la peste. El profeta que profetiza paz, por el cumplimiento de su profecía habrá de ser tenido por profeta, enviado en verdad por Yahvé. Tomó entonces el profeta Ananías el yugo del cuello de Jeremías, profeta, y lo rompió, diciendo delante de todo el pueblo: Esto dice Yahvé: “Así romperé yo dentro de dos años el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, de sobre el cuello de todos los pueblos.” Y el profeta Jeremías se fue su camino. Después que Ananías, profeta, había roto el yugo de sobre el cuello del profeta Jeremías, tuvo éste palabra de Yahvé, diciendo: “Ve y dile a Ananías: Así dice Yahvé: Has roto un yugo de madera. En su lugar yo haré un yugo de hierro, pues así dice Yahvé de los ejércitos, Dios de Israel: Yugo de hierro pondré yo sobre la cerviz de todos estos pueblos, para que estén sometidos a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y le servirán; aun los mismos del campo se los he dado a él."
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