Jeremías  52, 7-11

Abrieron brecha en los muros, y todos los hombres de guerra huyeron, saliendo de la ciudad de noche, por el camino de la puerta entre ambos muros, que está junto a los jardines reales, mientras los caldeos rodeaban la ciudad. Tomaron el camino que conduce al Araba. El ejército caldeo persiguió al rey, dándole alcance en los llanos de Jericó, y todas sus tropas le abandonaron y se dispersaron. Apresaron al rey y le llevaron ante el rey de Babilonia, en Ribla, en la tierra de Jamat, donde le juzgó. El rey de Babel hizo degollar a los hijos de Sedecías a la vista de éste, e igualmente a los grandes de Judá, en Ribla. A Sedecías le hizo sacar los ojos y le cargó de cadenas de bronce para conducirle a Babilonia, donde le tuvo encarcelado hasta el día de su muerte.
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