Job  20, 12-18

Aunque la maldad fuera dulce a su boca y la ocultara bajo su lengua, aunque la conservara y no la soltara, reteniéndola en su paladar, su comida en sus entrañas se corrompería, siendo como hiél de áspides en su interior. Devoró riquezas, pero las vomitará, de su vientre se las sacará Dios. Chupa veneno de áspides, y la lengua de víbora le matará. No verá los arroyos de aceite reciente, los torrentes de miel y leche cuajada. Devolverá su ganancia sin tragarla, ni gozará del fruto de su comercio,
Ver contexto