Juan  7, 14-18

Mediada ya la fiesta, subió Jesús al templo y enseñaba. Admirábanse los judíos, diciendo: ¿Cómo es que éste, no habiendo estudiado, sabe letras? Jesús les respondió y dijo: Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado. Quien quisiere hacer la voluntad de El, conocerá si mi doctrina es de Dios o si es mía. El que de sí mismo habla busca su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le ha enviado, ése es veraz y no hay en él injusticia."
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