Levítico 22, 17-25

Yahvé habló a Moisés diciendo: “Habla a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de Israel, y diles: Quienquiera de la casa de Israel o de los extranjeros que presente su ofrenda, sea en cumplimiento de un voto, sea como ofrenda voluntaria, si lo que ofrece a Yahvé es holocausto, para que sea aceptable, la víctima ha de ser sin defecto de entre los bueyes, las ovejas o las cabras. No ofreceréis nada defectuoso, pues no sería aceptable. Cuando uno ofrezca a Yahvé ganado mayor o ganado menor en sacrificio pacífico, sea para cumplir un voto, sea como ofrenda voluntaria, la víctima, para ser aceptable, ha de ser perfecta, sin defecto. Un animal ciego, cojo o mutilado, ulcerado, sarnoso o tinoso no se lo ofreceréis a Yahvé, ni quemaréis nada de él en el altar a Yahvé. Podrás inmolar como ofrenda voluntaria un buey o una oveja que tenga un miembro demasiado largo o demasiado corto, pero esa víctima no sería aceptable para el cumplimiento de un voto. No ofreceréis a Yahvé un animal que tenga los testículos aplastados, hundidos, cortados o arrancados; no lo ofreceréis a Yahvé; eso no lo haréis nunca en vuestra tierra." Ni de la mano de un extranjero recibiréis tales víctimas para ofrecerlas como alimento de vuestro Dios, pues están corrompidas y manchadas y no serían aceptables.”
Ver contexto