Lucas 23, 50-56

Un varón de nombre José, que era consejero, hombre bueno y justo, que no había dado su consentimiento a la resolución y a los actos de aquéllos, originario de Arimatea, ciudad de Judea, que esperaba el reino de Dios, se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús;" y, bajándolo, lo envolvió en una sábana y lo depositó en un monumento cavado en la roca, donde ninguno había sido aún sepultado. Era día de la Parasceve y estaba para lucir el sábado. Las mujeres que habían venido con El de Galilea le siguieron y vieron el monumento y cómo fue depositado su cuerpo. A la vuelta prepararon aromas y mirra. Durante el sábado estuvieron quietas por causa del precepto.
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