Mateo 27, 32-44

Al salir encontraron a un hombre de Cirene, de nombre Simón, al cual requisaron para que llevase la cruz. Llegando al sitio llamado Gol gota, que quiere decir lugar de la calavera, diéronle a beber vino mezclado con hiél; mas, en cuanto lo gustó, no quiso beberlo." Así que lo crucificaron, se dividieron sus vestidos, echándolos a suertes, y, sentados, hacían la guardia allí. Sobre su cabeza pusieron escrita su causa: Este es Jesús, el Rey de los judíos. Entonces fueron crucificados con El dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Los que pasaban lo injuriaban moviendo la cabeza y diciendo: Tú, que destruías el templo y lo reedificabas en tres días, sálvate ahora a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de esa cruz." E igualmente los príncipes de los sacerdotes, con los escribas y ancianos, se burlaban y decían: Salvó a otros, y a sí mismo no puede salvarse. Si es el rey de Israel, que baje ahora de la cruz y creeremos en El. Ha puesto su confianza en Dios; que El lo libre ahora, si es que lo quiere, puesto que ha dicho: Soy Hijo de Dios." Asimismo, los bandidos que con El estaban crucificados lo ultrajaban.
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