Romanos 6, 12-13
“
Que no reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, obedeciendo a sus concupiscencias;" ni deis vuestros miembros como armas de iniquidad al pecado, sino ofreceos más bien a Dios, como quienes muertos han vuelto a la vida, y dad vuestros miembros a Dios, como instrumento de justicia. ”