Sabiduría 16, 20-21

En lugar de esto proveíste a tu pueblo de alimento de ángeles, y sin trabajo les enviaste del cielo pan preparado, que, teniendo en sí todo sabor, se amoldaba a todos los gustos. Y ese alimento tuyo mostraba tu dulzura hacia tus hijos, ajustándose al deseo de quien lo cogía, y se acomodaba al gusto que cada uno quería.
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