Salmos 18, 7-10

Y en mi angustia invoqué a Yahvé y lancé hacia mi Dios el ynto. El oyó mi voz desde su palacio, y mi clamor llegó a sus oídos. Conmovióse y tembló la tierra, vacilaron los fundamentos de los montes, se estremecieron ante Yahvé airado. Subía cíe sus narices humo, y de su boca fuego abrasador, carbones por El encendidos. Abajó los cielos y descendió, negra nube tenía bajo sus pies.
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