Salmos 5, 7-13

Das a la perdición al mentiroso; al sanguinario, al fraudulento, los abomina Dios." Mas yo, fiado en la muchedumbre de tu piedad, entro en tu morada y me prosterno ante tu santo templo, en tu temor, Guíame, ¡oh Yahvé! en tu justicia, a causa de mis enemigos, y allana tus caminos ante mí. Pues no hay en su boca sinceridad; su interior no es más que malicia; un sepulcro abierto es su garganta, halagan con sus lenguas." Condénalos, ¡oh Yahvé! que fracasen en sus maquinaciones. Por sus muchos crímenes recházalos, ya que se rebelan contra ti. Y se alegrarán cuantos en ti confían, exultarán por siempre. Tú los protegerás y en ti jubilarán los que aman tu nombre. Pues al justo, ¡oh Yahvé! tú le bendices y le rodeas de tu benevolencia como un escudo.
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