Salmos 80, 9-18

Tú arrancaste de Egipto una vid, arrojaste a las gentes y la trasplantaste. Le pusiste en derredor una albarrada, y extendió sus raíces y llenó la tierra. Cubriéronse los montes de su sombra, y sus sarmientos llegaron a ser como los cedros de Dios;" extendió sus ramas hasta el mar, y hasta el río sus retoños. ¿Por qué has derribado su albarrada y la vendimian los que pasan por el camino? La devastan los jabalíes del monte y pastan en ella las bestias del campo. ¡Dios de los ejércitos! vuélvete ya, mira desde los cielos y contempla y visita esta viña. Esta viña que ha plantado tu diestra, el renuevo que tú hiciste fuerte. Los que la abrasan por el fuego y la asolan perezcan por el enojo de tu faz. Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo de hombre a quien para ti corroboraste;"
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