II Samuel  24, 15-17

Yahweh, pues, envió mortandad sobre Israel desde la mañana hasta el mediodía; y murieron setenta mil hombres, desde Dan hasta Beerseba. Cuando el ángel había extendido su mano hacia Jerusalén para destruirla, Yahweh impidió al ángel de la muerte que destruyera al pueblo, diciendo: Has destruido mucho; detén tu mano. Y el ángel de Yahweh se mantuvo de pie junto a la era de Arán jebuseo. Entonces David habló ante Yahweh cuando vio al ángel que destruía al pueblo; gritó y le dijo al ángel: ¡Yo he pecado y te he provocado a ira!, pero, ¿qué han hecho estas inocentes ovejas? Sea tu mano contra mí y contra la casa de mi padre.
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