Apocalipsis  21, 9-10

Luego llegó uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete últimas plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, yo te mostraré a la novia, la esposa del Cordero. Entonces me llevó en espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la Ciudad Santa, la Jerusalén que descendía desde el Cielo, de Dios;
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