Hechos 10, 44-48

Sucedió que cuando Simón hablaba estas palabras, el Espíritu Santo se posó sobre todos los que escuchaban la palabra, por lo cual estaban maravillados y asombrados los hermanos de la circuncisión que habían venido con él, pues el don del Espíritu Santo también se derramaba sobre los gentiles, porque los escuchaban exaltar a Dios hablando en diversas lenguas. Entonces dijo Simón: ¿Puede acaso alguien negar el agua para que sean bautizados estos que, he aquí, han recibido el Espíritu Santo al igual que nosotros? Enseguida les mandó que se bautizaran en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, y le rogaron que permaneciera con ellos algunos días.br/
Ver contexto