Lucas 9, 28-34

Sucedió, unos ocho días después de estas palabras, que tomando Jesús consigo a Simón, a Jacobo y a Juan, y habiendo subido a un monte a orar, el aspecto de su rostro se transfiguró mientras oraba, y sus vestidos se tornaron tan blancos que resplandecían. Y he aquí que dos varones conversaban con Él: eran Moisés y Elías, quienes aparecieron en gloria y hablaban acerca de su partida, la cual Él habría de cumplir en Jerusalén. Simón y los que se hallaban con él estaban cargados de sueño, pero manteniéndose apenas despiertos vieron su gloria y a los dos varones que estaban con Él. Al empezar ellos a retirarse de Él, Simón dijo a Jesús: Maestro, es conveniente para nosotros que permanezcamos aquí. Hagamos tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías, pero no sabía lo que decía. Y mientras decía esto, vino una nube y los cubrió, y sintieron miedo al ver que Moisés y Elías entraron en la nube.
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