Marcos 9, 2-7

Seis días más tarde, tomando Jesús a Cefas, a Jacobo y a Juan, sólo a ellos, y haciéndolos subir a un monte alto, se transfiguró ante sus ojos, y sus vestidos se tornaron resplandecientes y muy blancos, como la nieve, tal como ningún hombre en la tierra los puede emblanquecer. Entonces Moisés y Elías se les aparecieron, y conversaban con Jesús. Cefas entonces le dijo: Maestro mío, es conveniente para nosotros que permanezcamos aquí. Hagamos tres enramadas; una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Pero no sabía lo que decía, pues estaban asustados. Luego una nube vino y los cubrió, y una voz dijo desde la nube: Éste es mi Hijo amado, a Él obedezcan.
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