Mateo 17, 1-5

Seis días más tarde, tomando Jesús a Cefas, a Jacobo y a su hermano Juan, y haciéndolos subir a solas a un monte alto, Jesús se transfiguró ante ellos. Su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos se tornaron tan blancos como la luz. Entonces Moisés y Elías se les aparecieron, y conversaban con Él. Hablando Cefas, dijo a Jesús: Es conveniente para nosotros que permanezcamos aquí, Señor mío. Si tú quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Aún estaba él hablando, cuando he aquí los cubrió una nube resplandeciente, y de la nube surgió una voz que dijo: Éste es mi Hijo amado; en Él me he complacido. A Él obedezcan.
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