Santiago 5, 7-8

Pero ustedes, hermanos míos, sean pacientes hasta la venida del Señor, tal como el labrador espera los frutos preciosos de su campo, y tiene paciencia en ello hasta recibir la lluvia temprana y la tardía. Del mismo modo, también ustedes tengan paciencia y afirmen sus corazones, porque se aproxima la venida de nuestro Señor.
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