Jeremías  52 Biblia Peshitta en Español (Holman Bible Publishers, 2015) | 34 versitos |
1 Cuando empezó a reinar Sedequías tenía veintiún años, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llamaba Jamtol, hija de Jeremías, de Libna.
2 Pero él hizo lo malo en presencia de Yahweh, tal como lo había hecho Joacim.
3 Por estas cosas estuvo la ira de Yahweh contra Jerusalén y contra Judá, hasta arrojarlos de su presencia. Y el rey Sedequías se sublevó contra Nabucodonosor, rey de Babilonia.
4 Sucedió entonces en el noveno año de su reinado, en el décimo mes, a los diez días del mes, que vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra Jerusalén y acamparon contra ella y construyeron muros de asedio a su alrededor.
5 Y la ciudad permaneció sitiada hasta el undécimo año del rey Sedequías.
6 A los nueve días del quinto mes, el hambre en la ciudad se tornó más severa, a tal grado que no había alimento para la gente del país.
7 Entonces fue abierta una brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron y salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta que había entre los muros, junto al jardín del rey, ya que los caldeos tenían a la ciudad bajo asedio, y se marcharon por el camino de la llanura.
8 Pero el ejército de los caldeos persiguió al rey, y capturaron a Sedequías en la llanura de Jericó, y todo su ejército fue dispersado de su lado.
9 Habiendo, pues, capturado al rey lo llevaron ante el rey de Babilonia en Diblat, en la tierra de Hamat, dónde él le dictó sentencia.
10 Después sacrificó el rey de Babilonia a los hijos de Sedequías ante sus propios ojos, y también mató a todos los nobles de Judá en Diblat.
11 Luego sacó los ojos a Sedequías y lo ató con cadenas; y el rey de Babilonia lo llevó a Babilonia y lo mantuvo en prisión hasta el día de su muerte.
12 Y en el quinto mes, en el décimo día del mes, en el decimonoveno año de Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino Nebuzaradán, capitán de la guardia, y se presentó ante el rey de Babilonia en Jerusalén;
13 e incendió el templo de Yahweh, el palacio del rey de Judá y todas las casas de Jerusalén; y prendió fuego a todas las mansiones de los príncipes.
14 Y todas las huestes de los caldeos que se encontraban con el capitán de la guardia demolieron todas las murallas que rodeaban a Jerusalén.
15 Después Nebuzaradán, capitán de la guardia, deportó a los más pobres del pueblo, al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los que habían desertado hacia el rey de Babilonia, y a los demás del pueblo.
16 Pero, Nebuzaradán, capitán de la guardia, dejó a algunos de los más pobres del pueblo de la tierra para que fueran viñadores y labradores.
17 Y los caldeos destrozaron las columnas de bronce, las bases y el lavatorio de bronce que estaban en el templo de Yahweh, y tomaron todo su bronce y lo llevaron a Babilonia.
18 Se llevaron además las ollas, los calderos, los tazones, los rociadores, las cucharas y todos los utensilios de bronce con los cuales ministraban.
19 El capitán de la guardia también se llevó los braseros, los incensarios, los garfios, las ollas, las despabiladeras, los candelabros, los cucharones, los tazones de oro y de plata;
20 las dos columnas de bronce, el gran lavatorio y los doce toros de bronce que se encontraban debajo de los bordes del gran lavatorio que el rey Salomón había hecho para el templo de Yahweh; el peso del bronce de aquellos utensilios era incalculable.
21 En cuanto a las dos columnas, la altura de cada una de las columnas era de dieciocho codos; tenían un cordón de doce codos de circunferencia; su espesor era de cuatro dedos, y eran huecas.
22 Y había sobre ella un capitel de bronce; la altura de cada capitel era de cinco codos, con una malla y granadas sobre el capitel, rodeándolo; y todo era de bronce. La otra columna y las granadas eran como éstas.
23 Había noventa y seis granadas; en total sumaban cien granadas encima de la malla, alrededor.
24 Luego el capitán de la guardia tomó a Seraías, el sacerdote principal, a Sofonías, el segundo sacerdote en rango, y a tres guardias de la puerta.
25 Además, tomó de la ciudad a un oficial que se hallaba a cargo de los hombres de guerra, a siete varones distinguidos que cuidaban del rey y que estaban en la ciudad; al escriba, al comandante del ejército de la gente del país, y a sesenta varones de la gente del país que habían quedado en el interior de la ciudad.
26 Los tomó Nebuzaradán, capitán de la guardia, y los trasladó a Diblat ante el rey de Babilonia, en la tierra de Hamat.
27 Después el rey de Babilonia los hirió y les dio muerte en Diblat, en la tierra de Hamat. Así fue llevada Judá al exilio lejos de su tierra.
28 En el séptimo año de su reinado Nabucodonosor, rey de Babilonia, deportó a tres mil veintitrés judíos.
29 En el decimoctavo año de su reinado, Nabucodonosor, rey de Babilonia, deportó a ochocientas treinta y dos personas de Jerusalén.
30 En el vigésimo tercer año de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nebuzaradán, capitán de la guardia, deportó a setecientos cuarenta y cinco judíos. Fueron, pues, en total, cuatro mil seiscientas personas.
31 En el trigésimo séptimo año del destierro de Joaquín, rey de Judá, en el duodécimo mes, a los veinticinco días del mes, se levantó Evil-merodac, rey de Babilonia, el primer año de su reinado, y exaltó a Joaquín, rey de Judá, y lo sacó de la cárcel.
32 Habló amablemente con él, y estableció su trono por encima de los tronos de los reyes que estaban con él en Babilonia.
33 Entonces se despojó Joaquín de las ropas de prisionero, y comió siempre en la presencia del rey todos los días de su vida.
34 Y todos los días que vivió, su ración diaria procedía continuamente de parte del rey de Babilonia, hasta el día en que murió.





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Introducción a Jeremías 

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