Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
Sansón se Enamora (14:1-4).
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Bajó Sansón a Timna y vio allí una mujer de entre las hijas de los filisteos; 2
y cuando volvió a subir, dijo a su padre y a su madre: He visto en Timna una mujer de las hijas de los filisteos; id a tomármela por mujer. 3
Dijéronle su padre y su madre: ¿Acaso no hay mujeres entre las hijas de tus hermanos y entre todo tu pueblo para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos, incircuncisos? Repuso Sansón y dijo a su padre: Tómame ésa, pues me gusta. 4
Su padre y su madre no sabían que aquello venía de Yahvé, que buscaba una ocasión de parte de los filisteos, que eran los que entonces oprimían a Israel.
Descendió Sansón a la localidad de Timna (
Jos_19:43) tres veces (v. 1-4; 5-7; 18-19). Allí vio a una mujer, viuda probablemente y de vida
dudosa, teniendo relacion sexual con ella. La propuesta del hijo escandalizó a sus padres, quienes le recordaron que el matrimonio de los hebreos con los incircuncisos
repugnaba a los sentimientos nacionales Gen_24:2-4;
Gen_27:46;
Gen_28:1-2;
Exo_34:16;
Deu_7:2-4;
Jos_23:12-13), maxime con los filisteos, sus enemigos e incircuncisos por excelencia (
Jos_15:18; l
Sam I4:6). Además, no era el hijo quien debía elegir la futura esposa, sino el padre (
Gen_24:2-8;
Gen_34:3-6;
Gen_38:6). El fogoso Sansón no atendió a las razones de sus padres y mantuvo sus exigencias. El autor sagrado comenta esta escena familiar diciendo que Dios disponía las cosas providencialmente al servirse de aquel capricho de Sansón para que éste empezara la obra a la que le tenía destinado, que era
la de luchar contra los filisteos.
Encuentro con un león (Gen_14:5-9).
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Bajó Sansón a Timna, cuando al llegar a los olivares de Timna le salió al encuentro un joven león rugiendo. 6
Apoderóse de Sansón el espíritu de Yahvé, y, sin tener nada a mano, destrozó al león como se destroza un cabrito. No dijo nada a su padre ni a su madre de lo que había hecho. 7
Bajó y habló a la mujer que le había gustado. 8
Tiempo después, bajando para desposarse con ella, se desvió para ver el cadáver del león, y vio que había un enjambre de abejas con miel en la osamenta del león. 9
Cogióla con sus manos y siguió andando y comiendo; y cuando llegó a su padre y a su madre, les dio de ella, sin decirles que la había tomado de la osamenta del león, y ellos la comieron.
De nuevo fue Sansón a visitar a la mujer de Timna; sucedió que en el viaje le salió al encuentro un cachorro de león rugiendo y con ánimo de abalanzarse contra él. No teniendo ninguna arma defensiva, le agarró por la cabeza y desgarró sus fauces como si fuera un cabrito. Análogos actos de bravura realizaron David (
1Sa_17:34) y Benaya (2 Sam 23.20). En la antigüedad había leones en Palestina, como atestiguan algunos textos bíblicos (
Amo_1:2;
Amo_3:4-8) y como se desprende de una narración egipcíaca, según la cual Ramsés III, en la lucha contra los filisteos, alternaba sus hechos de guerra con la caza del león.
Al cabo de un tiempo bajó de nuevo a Timna, y vio que las abejas salvajes habían fabricado en su osamenta un panal de miel. El sol de Palestina, los animales carnívoros y las aves de rapiña resecaron pronto las carnes del cadáver.
Sansón, aunque consagrado a Dios por el voto del nazareato, no tenía muchos escrúpulos de comer un manjar impuro, que estuvo al contacto con un cadáver.
La boda y el enigma (Amo_14:10-20).
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Bajó, pues, Sansón a casa de la mujer, y Sansón dio allí un banquete, según la costumbre de los mozos. 11
Y porque le temían, invitaron a treinta mozos para acompañarle. 12
Sansón les dijo: Quisiera que me permitierais proponeros un enigma.Si dentro de los siete días del convite me lo descifráis acertada mente, yo tendré que daros treinta camisas y treinta túnicas; 13
pero, si no podéis descifrármelo, seréis vosotros los que habréis de darme a mí treinta camisas y treinta túnicas. Ellos le dije ron: Propon tu enigma, que lo oigamos. 14
El les dijo: Del que come salió lo que se come, y del fuerte, la dulzura. Tres días pasaron sin que pudieran descifrar el enigma. 15
Llegó el día séptimo. A la mujer de Sansón le habían dicho: Persuade a tu marido a que te dé la solución del enigma; si no, te quemaremos a ti y la casa de tu padre. ¿Nos habéis invitado para robarnos? 16
Ella lloraba y le decía: Me aborreces; has propuesto un enigma a los hijos de mi pueblo y no quieres explicármelo a mí. El le respondió: No se lo he explicado ni a mi padre ni a mi madre, ¿y voy a explicártelo a ti? 17
así le había estado llorando durante los siete días del convite; pero el séptimo día tanto lo importunó, que él dio la explicación, y ella se la comunicó a los hijos de su pueblo. 18
Los de la ciudad dijeron a Sansón el día séptimo antes de la puesta del sol:
¿Qué más dulce que la miel? ¿Qué más fuerte que el león? El les contestó: Si no hubierais arado con mi novilla, no hubierais descifrado mi enigma. 19
Apoderóse de él el espíritu de Yahvé, y, bajando a Ascalón, mató allí a treinta hombres, los despojó y dio las túnicas a los que habían descifrado el enigma. Muy enfurecido, se subió a casa de sus padres. 20
La mujer de Sansón fue entregada a uno de los mozos que le habían servido de compañeros.
Sansón fue a desposarse con la mujer de Tirnna solo, sin que le acompañaran sus padres. El texto masorético dice que fue el padre el que bajó a Timna, lo cual se opone al contexto. Por razones críticas se propone la corrección del texto. Causa extrañeza que sea Sansón el que dé (v.10) el banquete, cuando, según la costumbre judía, debían ser los jóvenes o paraninfos de la mujer. Quizás fueron los padres de la mujer y los jóvenes filisteos invitados como amigos del esposo (
Can_3:7;
1Ma_9:39) los que prepararon una gran fiesta que duró siete días (LXX y Syr.). Ningún amigo israelita de Sansón le acompañó en este acto, ya que este matrimonio con una extranjera hería los sentimientos nacionales. Tampoco sus padres estuvieron presentes en la fiesta (en contra de la lección del texto masorético).
Sansón quiso humillar a aquellos jóvenes valientes proponiéndoles un enigma que debían resolver en el plazo de los siete días que duraba la fiesta. Estas adivinanzas constituían un juego muy de moda en Siria y Palestina (
1Re_10:1; Pro v 1:6). Crea cierta dificultad la enumeración de los días v.14; 15; 17), que tal vez puede solucionarse suponiendo una corrupción en el texto o por la carencia de la precisión matemática por parte de los hebreos (Lagrange).
Sansón resistió siete días a las lágrimas y halagos de su mujer, le pedía le manifestara el enigma; pero al fin cede, y en el séptimo 6 antes de ponerse el sol (o antes de entrar en la cámara nupcial, segun
muchos autores, después de Stade), los jóvenes le dieron la unción, que el texto reproduce en forma literaria rimada. Del mismo modo les responde Sansón diciéndoles que se han servido de que le pertenece para hacer su propio trabajo (Vincent), Según Lagrange aunque la respuesta sea dura, no contiene necesariamente nada obsceno. Sin embargo, el doble sentido es transparente, y la metáfora es conocida entre griegos y romanos.