1 Consulta al profeta Isaías (Is 37:1-9a) Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus ropas, se vistió de sayal y fue al Templo del Señor. º |
2 Al mismo tiempo envió al mayordomo de palacio Jelcías, al secretario Sobná y a los sacerdotes más ancianos, vestidos de sayal, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós, º |
3 y a comunicarle lo siguiente: — Esto dice Ezequías: “Vivimos hoy momentos de angustia, de castigo y de ignominia, como si el hijo fuera a nacer y la madre no tuviera fuerzas para alumbrarlo. |
4 Ojalá el Señor, tu Dios, haya escuchado las palabras del copero mayor enviado por su amo, el rey de Asiria, para insultar al Dios vivo, y lo castigue por esas palabras que el Señor, tu Dios, ha oído. Por tu parte, intercede por el resto º que aún subsiste”. º |
5 Los servidores del rey Ezequías fueron a ver al profeta Isaías |
6 que les dijo: — Esto responderán a su señor: “Así dice el Señor: Que no te asusten las palabras insultantes que has oído proferir a los oficiales del rey de Asiria contra mí. º |
7 Yo mismo le voy a infundir un espíritu tal que, al oír cierta noticia, tendrá que regresar a su país donde lo haré morir a espada”. º |
8 Regresó el copero mayor y, al enterarse de que el rey de Asiria se había retirado de Laquis para atacar Libná, fue allí a su encuentro. |
9 Y es que el rey de Asiria había oído que Tirhacá, el rey de Etiopía º, se había puesto en camino para plantarle batalla. Nuevas amenazas de Senaquerib (2 Cr 37:9b-20) Entonces, el rey de Asiria envió nuevos emisarios a Ezequías con el siguiente mensaje: |
10 — Digan a Ezequías, el rey de Judá: “Que no te engañe tu Dios, en quien confías, asegurándote que Jerusalén no caerá en poder del rey de Asiria. |
11 Seguro que has oído cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países que han consagrado al exterminio º. ¿Y piensas que tú vas a librarte? |
12 ¿Salvaron sus dioses a las naciones que mis antepasados destruyeron, a saber: Gozán, Jarán, Résef y los habitantes de Edén, en Telasar º? º |
13 ¿Dónde están los reyes de Jamat, de Arpad, de Laír º, de Sefarváin, de Ená y de Evá?”. |
14 Ezequías tomó la carta traída por los mensajeros y la leyó. Luego subió al Templo, la abrió en presencia del Señor |
15 y oró así: — Señor, Dios de Israel, entronizado sobre querubines; únicamente tú eres el Dios de todos los reinos del mundo. Tú has creado el cielo y la tierra º. |
16 Presta oído, Señor, y escucha; abre los ojos, Señor, y mira º. Escucha las palabras que ha transmitido Senaquerib insultando con ellas al Dios vivo. |
17 Es cierto, Señor, que los reyes asirios han asolado a las naciones y sus territorios, |
18 arrojando sus dioses a las llamas y destruyéndolos; claro que no eran dioses º, sino obra de manos humanas fabricados con madera y piedra. º |
19 Pero ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su poder, para que todos los reinos del mundo reconozcan que únicamente tú eres, Dios, el Señor. |
20 Intervención de Isaías (Is 37:21-38) Isaías, hijo de Amós, envió este mensaje a Ezequías: — Así dice el Señor, Dios de Israel: He escuchado la súplica que me has dirigido a propósito de Senaquerib, el rey de Asiria. |
21 Y esta es la palabra º que el Señor pronuncia contra él: Te desprecia y se burla de ti una simple muchacha, la ciudad de Sión; te hace mofa a tus espaldas la ciudad de Jerusalén. |
22 ¿A quién insultas e injurias? ¿Contra quién levantas tu voz, alzando altanera la mirada? ¡Contra el Santo de Israel! |
23 Por medio de tus mensajeros has insultado al Señor, diciendo: “Gracias a mis carros numerosos he subido a las cumbres más altas, al corazón del Líbano; he talado sus cedros más esbeltos, sus más escogidos cipreses; me adentré en su lugar más oculto, en sus bosques más espesos. |
24 Alumbré y bebí aguas extranjeras; sequé bajo la planta de mis pies todos los ríos de Egipto”. |
25 ¿Acaso no te has enterado de que hace tiempo lo tengo decidido. Lo he planeado desde antaño y ahora lo llevo a término? Voy a reducir a escombros todas las ciudades fortificadas. |
26 Sus habitantes, impotentes, espantados y humillados, son como hierba del campo, como césped de pastizal, como verdín de los tejados, como mies agostada antes de sazón. |
27 Sé bien cuándo te sientas, conozco tus idas y venidas, y cuándo te enfureces contra mí. º |
28 Puesto que ha llegado a mis oídos tu furia y tu arrogancia contra mí, pondré mi garfio en tu nariz y mi argolla en tu hocico, y te haré volver por el camino por donde habías venido. |
29 Y esto, Ezequías, te servirá de señal º: este año comerán lo que retoñe, y el siguiente, lo que nazca sin sembrar, pero el tercer año sembrarán y cosecharán; plantarán viñas y comerán sus frutos. |
30 El resto superviviente de Judá volverá a echar raíces por abajo y a producir fruto por arriba, |
31 pues de Jerusalén saldrá un resto, y habrá supervivientes en el monte Sión. El amor apasionado del Señor del universo lo cumplirá. |
32 Por eso, así dice el Señor º a propósito del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no disparará flechas contra ella, no la cercará con escudos, ni la asaltará con rampas. |
33 Se volverá por donde vino y no entrará en esta ciudad —oráculo del Señor—. |
34 Protegeré esta ciudad para salvarla º, por mi honor y el de David, mi servidor. |
35 Aquella misma noche salió el enviado del Señor º, hirió a ciento ochenta mil hombres en el campamento asirio; al levantarse los asirios por la mañana no había más que cadáveres. º |
36 Senaquerib, el rey de Asiria, levantó el campamento, regresó a Nínive y se quedó allí. |
37 Y un día, mientras estaba orando en el templo de su dios Nisroc *, sus hijos Adramélec y Saréser lo asesinaron º y huyeron al país de Ararat. Su hijo Asaradón le sucedió como rey. |