Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)
1. Conquista de la Tierra Prometida (1-12).
Josué, Caudillo de Israel (1:1-9).
1
Después de la muerte de Moisés, siervo de Yahvé, habló Yahvé a Josué, hijo de Nun, ministro de Moisés, diciendo: 2
Moisés, mi siervo, ha muerto. álzate ya, pues, y pasa ese Jordán, tú y tu pueblo, a la tierra que yo doy a los hijos de Israel. 3
Cuantos lugares pise la planta de vuestros pies, os los doy, como prometí a Moisés. 4
Desde el desierto hasta el Líbano y el río grande, el Eufrates, y hasta el mar grande, a occidente, será vuestro territorio. 5
Nadie podrá resistir ante ti por todos los días de tu vida; yo seré contigo como fui con Moisés; no te dejaré ni te abandonaré. 6
Esfuérzate y ten ánimo, porque tú has de introducir a este pueblo a posesionarse de la tierra que a sus padres juré darles. 7
Esfuérzate, pues, y ten gran valor para cumplir cuidadosamente cuanto Moisés, mi siervo, te ha prescrito. No te apartes ni a la derecha ni a la izquierda, para que triunfes en todas tus empresas. 8
Que ese libro de la Ley no se aparte nunca de tu boca; tenlo presente día y noche, para procurar hacer cuanto en él está escrito, y así prosperarás en todos tus caminos y tendrás buen suceso. 9
¿No te mando yo? Esfuérzate, pues, y ten valor; nada te asuste, nada temas, porque Yahvé, tu Dios, irá contigo adondequiera que tú vayas. Desde la cumbre del monte Nebo (
Deu_3:17-27;
Deu_4:49), Moisés contempla ante sus ojos la tierra de promisión. A tu descendencia se la daré, le dice Dios; te la hago ver con tus ojos, pero no entrarás en ella. Moisés, el siervo de Dios, murió allí, en la tierra de Moab, conforme a la voluntad de Yahvé (
Deu_34:4-5). Su muerte dejaba un vacío que debía llenarse para que la muchedumbre de Yahvé no fuera como un rebaño de ovejas sin pastor (
Num_27:18). Por voluntad divina fue elegido
Josué, hombre sobre quien residía el espíritu (Núm 27-18), y sobre el cual había Moisés impuesto sus manos en señal de que le retransmitía el liderazgo del pueblo (
Num_27:15-23;
Deu_34:9). Desde su juventud había sido colaborador íntimo de Moisés (
Exo_34:11;
Num_11:28), quien le cambió el nombre de Oseas por el de Josué = salud de Yahvé (
Num_13:17), nombrándole su lugarteniente en las empresas bélicas (
Exo_17:9).
La misión confiada a Josué era ardua y peligrosa, por estar ocupado el territorio por pueblos de raza mixta que se habían establecido desde hacía tiempo en el país. Todos ellos gozaban de un grado de civilización y técnica superiores a las de los hebreos. Los exploradores que en otros tiempos habían recorrido la tierra pudieron comprobar que el territorio que iban a expugnar estaba habitado por pueblos fuertes, con ciudades muy grandes y amuralladas (
Num_13:29) y con guarniciones bien provistas de armas y carros de combate. En cambio, el pueblo de Israel, que sólo disponía de armas rudimentarias, experto en la técnica de las guerrillas, de la
razzia y golpes de mano, era humanamente incapaz de medir sus fuerzas con un enemigo aguerrido y atrincherado detrás de las murallas de sus ciudades. Para el autor sagrado, la toma de Canaán no es un suceso profano,
sino un acontecimiento teológico. Se señalan los límites ideales de la Tierra Prometida, que se trazan conforme a
Deu_11:24-25. El Líbano se encuentra al norte (
Deu_1:7;
Deu_3:25); el gran río es el Eufrates (
Gen_15:19). Como límite occidental se señala el mar Mediterráneo, lugar donde se pone el sol (
Deu_11:24). Estos límites
fueron un ideal, nunca una realidad concreta. Creen algunos que la mención aquí y en otros lugares (
Gen_15:18) del río Eufrates débese a una glosa interpretativa fundada en la universalidad del reino mesiánico, según posteriores profecías.
Josué será el instrumento de que se valdrá Dios para cumplir la promesa hecha anteriormente a los patriarcas (
Gen_15:18) y a Moisés (
Deu_1:7) de introducir a su pueblo escogido en la tierra que
mana leche y miel. Para salir airoso de la misión debe cumplir escrupulosamente todo cuanto le mandó Moisés sobre la manera de comportarse con los enemigos del pueblo israelita (
Deu_2:15). Si guarda fidelidad a la Torah o Ley (
Deu_1:5;
Deu_4:8;
Deu_5:29), meditándola (
Sal_1:2;
Deu_17:18-19),
Dios estará con él, no le abandonará; porque Yahvé es Dios arriba en los cielos y abajo sobre la tierra.
Primeras Medidas (Deu_1:10-11).
10
Dio, pues, Josué a los oficiales del pueblo esta orden: 11
Recorred el campamento y dad esta orden al pueblo: Preparaos y proveeos, porque dentro de tres días pasaréis ese Jordán para ir a ocupar la tierra que Yahvé, vuestro Dios, os da en posesión. A pesar de contar Josué con el auxilio de Dios, toma las precauciones humanas necesarias para asegurar el éxito
de la misión que le había sido confiada. Llama a los escribas (
soferim),
u oficiales encargados de ejecutar las órdenes del jefe (
Deu_20:5-9;
Deu_29:9), y les encarga retransmitan al pueblo la orden de que estén preparados todos y se provean de víveres, porque dentro de tres días pasarían el Jordán. Quizá, atendiendo a lo que se dice en 3:2, esta frase equivalía a decir: dentro de tres días partiréis para la empresa de pasar el río Jordán. Es lógico que el pueblo hiciera acopio de provisiones, porque, además del maná, que seguiría cayendo regularmente todas las mañanas hasta que entrara en Palestina (5:10-12), consumía otros manjares, que sacaba de la tierra o compraba con su dinero (
Deu_2:6-28).
Llamamiento a la Solidaridad entre las Tribus (Deu_1:12-18).
12
A los rubenitas y gaditas y a la media tribu de Manases les dijo: 13
Acordaos de lo que os mandó Moisés, siervo de Yahvé, diciéndoos: Yahvé, vuestro Dios, os ha concedido el reposo, dándoos esta tierra. 14
Vuestras mujeres, vuestros niños y vuestros ganados quedarán en la tierra que Moisés os dio de este lado del Jordán; pero vosotros, armados, iréis delante de vuestros hermanos, todos vuestros hombres fuertes y valientes, y los auxiliaréis, 15
hasta que Yahvé haya dado a vuestros hermanos el reposo, como a vosotros, tomando también ellos posesión de la tierra que Yahvé, vuestro Dios, les da. Después volveréis a la tierra que Moisés, siervo de Yahvé, os dio al lado de acá del Jordán, a oriente. 16
Ellos respondieron a Josué, diciendo: Cuanto nos mandas lo haremos, y adondequiera que nos envíes iremos. 17
Como en todo obedecimos a Moisés, así te obedeceremos a ti. Que quiera Yahvé, tu Dios, estar contigo, como estuvo con Moisés. 18
Quien rebelándose contra tus órdenes te desobedezca, morirá. Esfuérzate y ten valor. Las tribus de Rubén y Gad y media tribu de Manases habíanse establecido en la TransJordania (
Deu_3:12-17;
Deu_29:7). Rubén ocupaba la parte meridional, desde el torrente Arnón, al sur, hasta el valle de Hesbán, al norte, que coincidía con el límite meridional de Gad, que llegaba hasta el torrente Yaboc. La media tribu de Manases habitaba las regiones de Galaad o del Ashlun. Conforme ha probado A. Bergmann, no hay dificultad en admitir que Manases se estableciera en Galaad ya en este tiempo1.
Las tribus transjordánicas mantuvieron su palabra ayudando a sus hermanos en la conquista de Canaán, poniéndose bajo las órdenes de Josué. En el verso 14 del texto original se lee la expresión:
Al otro lado del Jordán, que corresponde a la perspectiva del que escribe, que se encontraba en Palestina propiamente dicha, o sea, en la Cisjordania. En boca de Josué, la indicación correcta era:
de este lado del Jordán (
Deu_1:1-5;
Deu_3:8). La misma observación vale para el verso 15.