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Elogio de la Sabiduría.
La sabiduría hace su propio elogio,
se gloría en medio de su pueblo.
(Eclesiástico 24, 1) © Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998)

Biblia Comentada, Profesores de Salamanca (BAC, 1965)

Times New Roman ;;;;;;;;;;;;;;;;;

Parte Segunda.

Excelencia y Postulados Sociales de la Sabiduría.
Comienza la segunda parte, de características similares a la primera, con un maravilloso elogio de la sabiduría, que le sirve de introducción. Su contenido se refiere principalmente a los requisitos para obtenerla: temor de Dios, oración y sacrificio, y a las relaciones con los demás: trato con las mujeres, educación de los hijos, actitud a observar con los siervos, con el médico, con los muertos; también sobre el recto uso de las riquezas, comportamiento en los banquetes, y otros variados temas que comprenden las más diversas circunstancias de la vida. El procedimiento literario es el mismo que en la parte primera.


Sección 1 (24:1-33:6).

24. Elogio de la Sabiduría.

Mora especialmente en Israel (24:1-16).
1 La sabiduría se alaba a sí misma y se gloría en medio de su pueblo. 2 En la asamblea del Altísimo abre su boca y en presencia de su majestad se gloría. 3-4-5 Yo salí de la boca del Altísimo, 6 y como nube cubrí toda la tierra. 7 Yo habité en las alturas, y mi trono fue columna de nube. 8 Sola recorrí el círculo de los cielos y me paseé por las profundidades del abismo, 9 por las ondas del mar y por toda la tierra. 10 En todo pueblo y nación imperé; 11 en todos busqué descansar para establecer en ellos mi morada. 12 Entonces el Creador de todas las cosas me ordenó, mi Hacedor fijó el lugar de mi habitación; 13 y me dijo: Habita en Jacob y establece tu tienda en Israel. 14 Desde el principio y antes de los cielos me creó y hasta el fin no dejaré de ser. En el tabernáculo santo, delante de él, ministré. 15 Y así tuve en Sión morada fija y estable, reposé en la ciudad de El amada, y en Jerusalén tuve la sede de mi imperio. 16 Eché raíces en el pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad.

El c.24 es el más importante del libro, sublime por su contenido sapiencial y belleza literaria. Unido a Pro_8:1-36 y Sab 6:1-9:18, como también entonces consignamos, marcan el punto culminante de la revelación anticotestamentaria sobre la Sabiduría y preparan la revelación del dogma trinitario. Se trata en él de la sabiduría, atributo divino, y de sus manifestaciones en las obras de la creación, especialmente en Israel y su Ley.
Ella misma, personificada como una nobilísima reina que invita a todos a participar de sus bienes, hace su propio elogio. No precisa que alguien se lo haga, porque sus maravillosas obras están a todos patentes. Más aún, nadie podría cantar cumplidamente sus glorias, que ha extendido por las obras todas de la creación, cuya inmensa grandeza ningún mortal puede comprender, y de modo peculiar sobre Israel, asamblea del Altísimo que se reunía en las fiestas anuales del templo, depositario de la revelación contenida en la Ley, cuya dignidad y gloria, por lo mismo, nadie podrá suficientemente cantar l.
Tiene origen divino, nos testifica, y, existiendo desde la eternidad en Dios 2, se manifiesta al comienzo del tiempo en su palabra creadora, que, como nube que se derrama sobre la tierra para fecundarla con su lluvia benéfica, se extendió sobre la masa caótica para llevar a cabo las obras maravillosas de la creación. Con razón exclamó en su canto Judit: Señor, grande eres tú y glorioso, admirable en poder, insuperable. A ti te sirve la creación entera, porque tú dijiste, y todo fue hecho; enviaste tu aliento, y él lo vivificó, y no hay quien resista a tu voz. 3 Ben Sirac atribuye a la Sabiduría lo que el autor del Génesis atribuye al Espíritu. Palabra y espíritu de Dios aparecen con frecuencia unidos 4, análogamente a los términos sabiduría y espíritu 5.
Antes de manifestarse en las obras de la creación habitaba en las alturas de los cielos con Dios, sirviéndole, en consecuencia, las nubes, como a El, de trono 6. Si bien Dios está en todas partes por esencia, presencia y potencia, como explica la teología, la Sagrada Escritura nos presenta a Dios habitando en las alturas para darnos una idea de su majestad y grandeza. En la creación de las cosas, la Sabiduría estuvo presente e intervino de una manera activa, dejando resplandecientes vestigios en todas ellas, en el círculo de los cielos, que los antiguos se imaginaban una inmensa bóveda de bronce fundido cuyos extremos descansan en la tierra 7; en las profundidades del abismo, cuyas aguas alimentan las fuentes 8; en las cosas todas de la tierra, que ella conoce de un extremo a otro 9. Todo ello pregona la omnipotencia de Dios y refleja su infinita sabiduría.
Pero ésta se manifiesta no sólo en las obras de la creación inerte, sino de una manera peculiar en los seres racionales, creados a imagen y semejanza de Dios. También a ellos se extiende su actividad, y ella dirige la historia de los pueblos. Entre todos ellos buscó uno para hacerle depositario de la revelación y objeto de sus predilecciones. Una tradición rabínica, fundada tal vez en este texto, dice que Dios ofreció su Ley a los pueblos paganos, que la rechazaron, mientras que Israel la aceptó10, por lo que la Sabiduría estableció su tienda en los descendientes de Jacob. Las gentes todas podrían descubrir la sabiduría que resplandece en el universo ; pero Israel, que recibió la Ley, que viene a ser como la encarnación de la sabiduría, puede conocer más perfectamente al Señor y los dictámenes de su sabiduría, cuya práctica le distinguiría de los demás pueblos y constituiría su mayor gloria.
La sabiduría, que preexiste desde la eternidad y subsistirá eternamente 11, se presenta ejerciendo el ministerio sacerdotal en el tabernáculo, y su autoridad en Jerusalén, centro religioso y político de Israel. Dios mismo comunicó a Moisés las normas del culto litúrgico, que se practicaron primero en el tabernáculo y después en el templo de Jerusalén, de modo que el culto israelita había sido dictado por la sabiduría divina. La Ley contenía, además, las leyes que debían regir la vida religiosa y política del pueblo escogido, y la autoridad que debía velar por su cumplimiento residía en Jerusalén. La sabiduría vino así a echar profundas raíces en Israel, que conservaría a través de los tiempos la revelación y culto mosaico, viniendo a ser el pueblo escogido y predilecto de Dios, una nación gloriosa. La gloria - comenta Spicq - expresa en la Biblia la presencia de una causa en su efecto o de un principio en aquello que de él procede, y se aplica sobre todo a las manifestaciones de la presencia divina; así, esta participación de la divinidad por intermedio de la Sabiduría, esta íntima unión del pueblo elegido por Dios, hace su gloria. Cf. Jua_1:14-16-17.12

Belleza y beneficios de la sabiduría (Jua_24:17-30).
17 Como cedro del Líbano crecí, como ciprés de los montes del Hermón. 18 Crecí como palma de Engadi, como rosal de Jericó; 19 como hermoso olivo en la llanura, como plátano junto a las aguas; 20 como la canela y el bálsamo aromático exhalé mi aroma, y como mirra escogida di suave olor; 21 como gálbano, estacte y el ónice, como nube de incienso en el tabernáculo. 22 Como el terebinto extendí mis ramas, ramas magníficas y graciosas. 23 Como vid eché hermosos sarmientos, y mis flores dieron sabrosos y ricos frutos. 24 Yo soy la madre del amor, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. 25-26 Venid a mí cuantos me deseáis y saciaos de mis frutos. 27 Porque recordarme es más dulce que la miel, y poseerme más rico que el panal de miel. 28-29 Los que me coman quedarán con hambre de mí y los que me beban quedarán de mí sedientos. 30 El que me escucha jamás será confundido y los que me sirven no pecarán.

Bella descripción en que Ben Sirac canta la grandeza y la hermosura, el atractivo y los beneficios de la sabiduría, comparándola con las plantas más majestuosas de la flora palestinense y con las sustancias más aromáticas del Oriente. El cedro del Líbano, rey de los árboles por su majestuosa altura y sombra que esparce en su alrededor, es también célebre por la duración de sus incorruptibles maderas sin nudos y por sus agradables, salutíferos y odorosos frutos 13. El ciprés del Hermón es también notable por su altura y cualidades similares a las del cedro; siempre verde, puede contarse entre los árboles más bellos y majestuosos. La palma de Engadi, ciudad situada en la ribera occidental del mar Muerto, que abunda en arboledas de palmeras, se distingue por su altura y belleza, por la duración y calidad de sus frutos 14. La rosa de Jericó, más bien que la rosa propiamente dicha reina de las flores, designa la adelfa, arbusto de la familia de las apocináceas, que constituye una de las grandes bellezas de Palestina. Puede alcanzar hasta ocho metros de altura; sus hojas persistentes son semejantes a las del laurel, y sus flores, de color rosa o blancas, son muy olorosas. El olivo y el plátano son más conocidos; el primero es mencionado por su hermoso aspecto y múltiple utilidad de sus frutos; el segundo, además, con la expansión de sus ramas y sus largas hojas produce una vasta y útil sombra en los países cálidos.
Después de afirmar Ben Sirac que en la sabiduría se contiene cuanta belleza y utilidad encierran los árboles mencionados, comparándola a continuación con las plantas y sustancias aromáticas, quiere poner de manifiesto su precioso valor y la suavidad dulce y penetrante de sus frutos. La canela es la corteza interior del cinamomo, la cual exhala un olor muy aromático y produce un sabor muy agradable; se empleaba en la composición del aceite para las unciones santas 15. El bálsamo proviene de un arbolillo parecido a la vid; su flor semeja una rosa y sus hojas no caen jamás; era comúnmente utilizado en los perfumes, y en Judea preferido a todos los otros aromas 16. La mirra es un licor oloroso que proviene de una planta de la familia de las burseráceas, que se cría en Arabia y Abisinia, y que los antiguos estimaban como uno de los más preciosos bálsamos. Escogida se llamaba la mirra que trasudaban espontáneamente los árboles, en distinción a la que se obtenía mediante incisiones en su corteza. El gálbano es una gomorresina aromática, más o menos sólida, de color gris amarillento. Se obtiene de una planta de la familia de las umbelíferas que se da espontáneamente en Siria. El estacte es una sustancia líquida olorosa que se desprende gota a gota de la planta del mismo nombre, de flores parecidas a las del naranjo. El ónice es la concha de un molusco del mar Rojo e Indico que despide un excelente perfume por nutrirse aquél, se dice, de la espiga del nardo. Finalmente, como la nube de incienso que llenaba majestuosa el tabernáculo en las solemnidades litúrgicas. Estos últimos cuatro elementos entraban en la composición del timiama que perfumaba el tabernáculo de la reunión 17, por lo que el autor tal vez ha querido hacer una alusión a la santidad y unión de la Sabiduría con la divinidad o poner de relieve su carácter religioso, sacerdotal, intermediaria entre Dios y los hombres 18. Todavía compara Ben Sirac la sabiduría al terebinto y la. vid. El terebinto es una de las plantas más bellas de Palestina, que alcanza hasta siete metros de altura y segrega una sustancia olorosa; sus flores son parecidas a las del olivo, y sus frutos a los racimos de uvas. La vid, si bien no tiene la belleza de otras plantas, es, sin embargo, muy útil por sus frutos, alegría de Dios y de los hombres. 19 El v.24, que se encuentra sólo en los códices griegos secundarios, señala la utilidad y suaves frutos de la sabiduría: el amor a Dios, sumo Bien, que sólo la Sabiduría puede enseñar y conceder; el temor de Dios o reverencia filial, que lleva a la guarda de los mandamientos; la ciencia verdadera, que es el conocimiento y práctica de la ley de Dios, y la esperanza santa, fundada en las promesas divinas de conseguir los beneficios prometidos por la Sabiduría. Sólo ella puede señalar el camino, enseñarnos la verdad y comunicarnos la vida, como indica el v.25 de la Vulgata 20.
Ante la consideración de sus ricos dones, la Sabiduría hace una invitación a todos a participar de ellos. Su sola memoria es más dulce que la miel 21, dulzura la de la sabiduría divina tan divina y tan espiritual, que no admite mezcla de ninguna otra, y que no gustamos sino en la medida en que sintamos náuseas de nosotros mismos y de todas las criaturas, y reconozcamos que todo esto que nos halaga por parte del mundo, de los sentidos o del espíritu humano es una mera ilusión que nos seduce, una dulzura que nos envenena (Girotti)22. Dulzura admirable y sobrenatural, pues mientras que la miel llega un momento en que causa fastidio, la sabiduría, en cambio, cuanto más llena nuestra mente y más gusta el corazón sus frutos, más ardiente es el deseo que por ella siente el alma. Nunca se gustan tanto sus frutos que no quede la posibilidad de gustarlos más todavía. Estos pensamientos inspiraron aquellos versos atribuidos a San Bernardo: lesu dulcís memoria, dans vera cordis gaudia, sed super mel et omnia eius dulcís praesentia... Qui te gustant esuriunt, qui bibunt adhuc sitiunt... Concluye mencionando otros dos admirables frutos: la perseverancia en la virtud y el buen nombre que ello proporciona ante los mortales 23.

La Sabiduría y la Ley (Jua_24:31-47).
31-32 El libro de la alianza del Dios Altísimo es todo esto, la ley que nos dio Moisés en heredad a la casa de Jacob. 33-34-35 Llena de sabiduría como de agua el Pisón, como el Tigris en los días primaverales. 36 Llena de inteligencia como de agua el Eufrates, y como el Jordán en los días de la mies. 37 Rebosa como de agua rebosa el Nilo, y como el Geón en los días de la vendimia. 38 El primero no acabó de conocerla, ni el último la agotará; 39 porque su pensamiento es más profundo que el mar, y su consejo más profundo que el gran abismo. 40-41 Como canal derivado el río, como acueducto que entra en un jardín. 42 Díjeme: Yo regaré mi jardín e inundaré mis bancales. 43 Y mi canal se hizo un río, y mi río se hizo un mar. 44 Más que la aurora quiero que brille la doctrina, y la haré resplandecer hasta muy lejos. 45-46 Quiero derramar mi doctrina como profecía y legarla a las generaciones remotas. 47 Ved que no trabajo sólo para mí, sino para todos los que buscan la sabiduría.

Para Ben Sirac, la sabiduría comunicada por Dios a la humanidad se encuentra en la Ley mosaica, transmitida de generación en generación como preciosa herencia en el pueblo escogido. Quien cumple sus mandamientos conseguirá todos los frutos enumerados 24. La abundancia y plenitud de sabiduría que ella contiene es puesta de relieve por el sabio mediante la referencia a la abundancia de aguas de los ríos más caudalosos conocidos por el autor en las épocas en que aquéllas rebasan sus cauces. La literatura babilónica coloca en el paraíso el agua de vida junto al árbol de la vida. Y en la Biblia el agua es con frecuencia figura de los dones divinos y de la vida espiritual 25. El Pisón designa el río Fasis, en la Colquida, que nace al pie del monte Ararat, no lejos de las fuentes del Tigris y el Eufrates, y desemboca en el mar Negro. El Geón se identifica con el Gucihum er-Ras, que desemboca en el mar Caspio. El Tigris y Eufrates son conocidos; nacen en las estribaciones de los montes de Armenia y desembocan en el golfo Pérsico; el caudal del primero aumenta considerablemente en los meses de abril, cuando se derrite la nieve de las montañas. A los cuatro ríos del paraíso añade el Jordán, que se desborda en los días de la siega con el deshielo de las nieves del Hermón 26, y el Nilo, el río más grande entonces conocido, cuyas aguas caudalosas se desbordan también con el deshielo de las montañas, de donde nacen sus fuentes, y fertilizan los campos egipcios.
Y esa sabiduría es tan profunda e insondable. (v.38-39) como las profundidades del abismo, de modo que los estudiosos de la Ley, desde el primero al último, no podrán agotar la riqueza de conocimientos que ella encierra, porque encierra la sabiduría y misterios comunicados por Dios. Y con razón exclama San Pablo: ¡Oh profundidad de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuan insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién conoció el pensamiento del Señor?27
Afirmada la insondable sabiduría contenida en la Ley, siguiendo la imagen de los ríos, Ben Sirac se presenta a sí mismo como un canal que toma sus aguas del gran río de la Tora y las quiso llevar a su campo con el fin de conseguir una instrucción personal para su propio provecho. Pero su canal se convirtió en río primero; finalmente, en un mar capaz de suministrar sus aguas a los demás y saciar su sed. Entonces determinó componer su libro para hacer a los demás partícipes de las enseñanzas de la sabiduría que aprendió en el estudio de la Ley.
Concluye manifestando su pretensión de que sus enseñanzas iluminen no sólo a un círculo reducido de oyentes, sino a todos aquellos judíos que se encuentran en la diáspora, y no sólo a los contemporáneos, sino también a las generaciones futuras28. La doctrina que encierra la perícopa como profecía hay que entenderla no en el sentido estricto de anuncio de cosas futuras, sino en el sentido de palabra inspirada. El autor tiene conciencia de la inspiración y de la misión del carisma, que no es precisamente el bien propio, sino el de los demás 29.
Como en las perícopas eminentemente sapienciales de Proverbios (c.8) y Sabiduría (c.6-9), surge también aquí la pregunta: ¿Personifica el autor la Sabiduría atributo divino o hace referencia a la segunda Persona divina? La intención del sabio es hacer un elogio de la Sabiduría y también de la Ley, en cuanto es como una encarnación de aquélla y gloria del pueblo escogido 30. Ben Sirac afirma su origen divino (í.3); es distinta de Dios, pues procede de EL Existe desde la eternidad, anterior a toda criatura (v.14), de modo que es distinta también de las criaturas. Por las razones indicadas en la introducción a la Sabiduría 31, juzgamos que el autor no ha intentado expresar la distinción de Personas en Dios. P. Van Imschoot escribió muy a este respecto que para los judíos la sabiduría, como la Ley, la palabra, el nombre, el espíritu, la gloria de Dios, no es una pura abstracción, sino más bien una realidad concreta. Otorgan, además, la misma realidad, aunque menos pronunciada, a la sabiduría, al nombre, al espíritu o a la gloria del hombre. Pero a ninguna de estas realidades atribuyeron jamás una existencia personal, es decir, realmente distinta e independiente de la del sujeto que la posee; y si estas entidades son consideradas como capaces de obrar, es únicamente en razón y proporción del poder de este sujeto 32. Advierte a continuación que esta manera de presentar las cosas resulta muy extraña a nuestra mentalidad moderna, pero es preciso tener en cuenta la mentalidad todavía primitiva de los escritores hebreos y su poca aptitud para la especulación pura. Pero, teniendo en cuenta la fuerte personificación de la Sabiduría, la inspiración del Espíritu Santo, que va revelando gradualmente las verdades religiosas, y la aplicación a Cristo por parte de los autores del N.T. de ciertos textos sapienciales 33, creemos que el autor sagrado rebasó los límites de la mera personificación, colocándose con su manera de expresarse en un plano intermedio entre aquélla y la distinción de Personas divinas, que nosotros más claramente descubrimos a la luz de la revelación neo-testamentaria. La Iglesia ha aplicado en su liturgia a la Santísima Virgen las perícopas 17-30, como Prov 8 22-36, y por las mismas razones allí indicadas. No se trata de sentido literal, ni tampoco píenior, sino de una acomodación real conforme a la terminología de la hermenéutica, en que se aplica a la Madre de la Sabiduría encarnada lo que de la Sabiduría dicen los autores sapienciales 34.

1 Sal 22:23. Los v.3 -4, que faltan en el griego, se leen en la Vulgata: En medio de su pueblo será ensalzada y admirada en la congregación plena de los santos. 4 Recibirá alabanzas de la muchedumbre de los escogidos y será bendecida entre los benditos. Son, evidentemente, una glosa cristiana que repite la idea precedente, poniendo más de relieve la dignidad y santidad del pueblo escogido. - 2 1:4; Pro_8:22-23. -Pro_3 16:17; Sal_36:6; Eco_43:26. - 4 Isa_11:4; Isa_59:21; Sal_33:6; Sal_147:18. - 5 24:3; Sab_7:25. El primogénito antes que toda criatura; yo hice nacer una luz en el cielo que jamás vendrá a menos (v.5b-6a de la Vulgata), son, sin duda, glosas cristianas que provienen de Col_1:15 y Gen_1:3 respectivamente. San Alberto Magno apoyaba en los v.5-6 déla Vulgata su comentario a los cuatro libros de las Sentencias: Ego ex ore Altissimi prodivi = Oios y la Trinidad. Primogénita ante omnem creaturam = las creaturas. Ego feci ut in caelis oriretUT lumen indeficiens Cñsto. Sicut nébula texi omnem carnem = los sacramentos. - 6 Is 66, 1 ; Job_22:14; Sal_67:35; Sal_96:2; Sal_103:3. - 7 Isa_40:22. -Isa_8 1:3; Isa_16:16; Gen_1:2; Amo_9:3; Job_36:30; Job_38:16. - 9 Sab_8:1. - 10 Talmud De Babilonia, Abodah Zarah zb; Midrash, Pesiqta i86a. - 11 Cf. 1:4 el sentido de creo; Sab_8:22-31. - 12 O.c., a 7-12 p.686. - 13 Cf. L. Fonk, Quasi cedrus exáltala sum in Líbano (Eco_24:17)'- VD I (1921) 226-230. - 14 La Vulgata dice Cades, ciudad situada en la ribera occidental del mar Muerto. Muchos códices griegos in littoribus. Aquélla leyó åí Ãáäïéò; éstos åí áßãéáëïÀò, corrupción de ¸íãÜääïú$. El cód.248 åí ãáääß. - 15 Exo_30:23. - 16 Plinio, Hist. Nat. l.ia c.24; 1.13 c.25. - 17 Ex 30,34-38. - 18 39:I4; 2Co_2:15. - 19 Jue_9:13; Eze_17:5-15; Sal_79:9-12. - 20 El v.24 de la Vulgata dice: Yo soy la madre del amor, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. El v.25, que se encuentra sólo en la Vulgata, añade: En mí esta toda la gracia del camino y de la verdad, en mí toda la esperanza de la vida y de la virtud. Cf. Jua_14:6. - 21 La dulzura de la miel era considerada en los judíos como la mayor de todas. Cf. Sal_19:11; Sal_119:103; Pro_16:24; Pro_24:13. - 22 6.c., a 24:26-27 p.452. El v.28 se encuentra sólo en la Vulgata: Perdurara mi memoria en la serie de los siglos. - 23 El v.21 de la Vulgata: Los que me honran obtendrán la vida eterna, es a todas luces una glosa inspirada en el Nuevo Testamento. - 24 La Vulgata añade dos versos: 33 Dio a Moisés una ley formulada en preceptos justos, la herencia de la casa de Jacob y las promesas de Israel; 34 prometió a David, su siervo, que de él nacería un rey fortísimo que se sentaría en su trono para siempre. Cf. 2 Sam 7. - 25 Isa_44:3; Jer_2:13; Eze_47:1-12; Jua_4:10-14; Jua_7:38-39. - 26 Jos 3:15- Cf. Abel, Géogr. palest. I p.482. - 27 Rom_11:33-34. En este pasaje se basan los Padres para afirmar la abundancia de sentido escriturístico (cf. Orígenes, Hom. in Ex 1:4; San León, Serm. 29: PL 54:226). El v.4o dice en la Vulgata: Yo, la sabiduría, derramé ríos, haciendo hablar en lo que sigue a la sabiduría. Según el griego, quien a continuación habla es el autor. - 28 El v.45 de la Vulgata dice: Penetraré en las partes más profundas de la tierra, el seoí; echaré una mirada sobre todos los dormidos, los muertos, e iluminaré a los que esperan en el Señor. Unos lo refieren a la alabanza que después hará de los padres que se encuentran en el seol Para otros es una alusión o profecía de la bajada de Cristo al limbo de los justos. - 29 Jer_20:9; Amo_3:8. - 30 De este pasaje y Pro_8:22-31, los judíos concluyeron la preexistencia eterna de la Ley. Cf. Oesterley, Ecclesiasticus (Cambridge Bible) p.XIII-XVI; H. Strack-P. Biller-Beck, Kommentar zum N.T. aus Talmud und Midrasch t.2 (Munich 1924) p.353ss. - 31 Introducción al libro de la Sabiduría, p-973- - 32 La Sagesse dans l'A.T. est-elle une hypostase?: Collationes Gandavenses 21 (1934) 9I-Q2. - 33 Cf. introd. a la Sabiduría, p.973 y 977- - 34 Cf. en A Lapide las razones de la aplicación a la Santísima Virgen: a 24:1-2.



King James Version (KJVO) (1611)



Chapter XXIIII.

2 Wisdome doeth praise herselfe, shew her beginning, 4 Her dwelling, 13 Her glory, 17 Her fruit, 26 Her increase, and perfection.
1 Wisedome shall praise her selfe, and shall glory in the midst of her people. [ The praise of wisedome.]

2 In the Congregation of the most high, shall she open her mouth, and triumph before his power.
3 I came out of the mouth of the most High, and couered the earth as a [ Or, a miste.] cloud.
4 [ Job_22:14.] I dwelt in high places, and my throne is in a cloudy pillar.
5 I alone compassed the circuit of heauen, and walked in the bottome of the deepe.
6 In the waues of the sea, and in all the earth, and in euery people, and nation, I got a possession.
7 With all these I sought rest: and in whose inheritance shall I abide?
8 So the creatour of all things gaue mee a commandement, and hee that made me, caused my tabernacle to rest: and said, Let thy dwelling be in Iacob, and thine inheritance in Israel.
9 Hee [ Pro_8:23.] created mee from the beginning before the world, and I shall neuer faile.
10 In the [ Exo_31:3.] holy Tabernacle I serued before him: and so was I established in Sion.
11 [ Psa_132:8.] Likewise in the [ Or, holy.] beloued citie he gaue mee rest, and in Ierusalem was my power.
12 And I tooke roote in an honourable people, euen in the portion of the Lords inheritance.
13 I was exalted like a Cedar in Libanus, and as a Cypresse tree vpon the mountaines of Hermon.
14 I was exalted like a palme tree in [ Or, Cades.] Engaddi, and as a rose-plant in Iericho, as a faire oliue tree in a pleasant fielde, and grew vp as a planetree [ Or, in the water.] by the water.
15 I gaue a sweete smell like cinamon, and aspalathus, and I yeelded a pleasant odour like the best mirrhe, as Galbanum and Onix, and sweet Storax, and as the sume of franckincense in the [ Exo_30:34.] Tabernacle.
16 As the Turpentine tree, I stretched out my branches, and my branches are the branches of honour and grace.
17 As the Uine brought I foorth pleasant sauour, and my flowers are the fruit of honour and riches. [ Joh_15:1.]

18 I am the mother of faire loue, and feare, and knowledge, and holy hope, I therefore being eternall, am giuen to all my children which are [ Or, chosen.] named of him.
19 Come vnto me all ye that be desirous of mee, and fill your selues with my fruits.
20 For my memorial is sweeter then hony, and mine inheritance then the hony combe. [ Psa_19:10-11.]

21 They that eate mee shall yet be hungry, and they that drinke me shall yet be thirstie.
22 He that obeyeth me, shall neuer be confounded, and they that worke by me, shall not doe amisse.
23 All these things are the booke of the Couenant of the most high God, euen the [ Exo_20:1; Exo_24:1; Deu_4:1; Deu_29:2.] Law which Moses commanded for an heritage vnto the Congregations of Iacob.
24 Faint not to bee strong in the Lord; that he may confirme you, cleaue vnto him: for the Lord Almightie is
God alone, and besides him there is no other Sauiour.
25 He filleth all things with his wisdome, as [ Gen_2:11.] Physon, and as Tigris in the time of the new fruits.
26 He maketh the vnderstanding to abound like Euphrates, and as [ Jos_3:15.] Iorden in the time of the haruest.
27 He maketh the doctrine of knowledge appeare as the light, and as Geon in the time of vintage.
28 The first man knew her not perfectly: no more shall the last finde her out.
29 For her thoughts are more then the Sea, and her counsels profounder then the great deepe.
30 I also came out as a [ Or, draine or ditch.] brooke from a riuer, and as a conduit into a garden.
31 I said, I will water my best garden, and will water abundantly my garden bedde: and loe, my brooke became a riuer, and my riuer became a sea.
32 I will yet make doctrine to shine as the morning, and will send forth her light afarre off.
33 I will yet powre out doctrine as prophecie, and leaue it to all ages for euer.
34 [ Sirach 33.16.] Behold that I haue not laboured for my selfe onely, but for all them that seeke wisedome.

Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Pro_1:20-33; Pro_8:1-36; Pro_9:1-6; Job 28; Bar 3:9—4:4

NOTAS

24 Compárese este trozo con los demás discursos de la Sabiduría personificada (Pro_1:20-33; Pro_8:1-36; Pro_9:1-6) y con los elogios de la sabiduría (Jb 28; Ba 3:9—4:4). -Es el capítulo central del libro, donde la sabiduría es presentada en su conjunto, con abundantes reminiscencias de los libros bíblicos anteriores. El autor propone una interpretación del pasado. Más aún que en los Proverbios, le sorprenden a uno las expresiones que anuncian una teología trinitaria: la Sabiduría está a la vez íntimamente unida a Dios y es distinta de él, característica que más tarde se aplicará a la persona del Verbo o a la del Espíritu. Parece que este pasaje en especial inspiró el prólogo de San Juan, que aplica al Logos varias de las actividades y características de la Sabiduría.

Nueva Biblia de Jerusalén (Desclée, 1998)


REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Pro_1:20-33; Pro_8:1-36; Pro_9:1-6; Job 28; Bar 3:9—4:4

NOTAS

24 Compárese este trozo con los demás discursos de la Sabiduría personificada (Pro_1:20-33; Pro_8:1-36; Pro_9:1-6) y con los elogios de la sabiduría (Jb 28; Ba 3:9—4:4). -Es el capítulo central del libro, donde la sabiduría es presentada en su conjunto, con abundantes reminiscencias de los libros bíblicos anteriores. El autor propone una interpretación del pasado. Más aún que en los Proverbios, le sorprenden a uno las expresiones que anuncian una teología trinitaria: la Sabiduría está a la vez íntimamente unida a Dios y es distinta de él, característica que más tarde se aplicará a la persona del Verbo o a la del Espíritu. Parece que este pasaje en especial inspiró el prólogo de San Juan, que aplica al Logos varias de las actividades y características de la Sabiduría.

La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

Himno a la Sabiduría. Los versículos 1s introducen el himno de alabanza que sobre sí misma va a proclamar doña Sabiduría, el cual se puede dividir en tres partes: 1. La Sabiduría se autodefine como criatura (3.8.9), salida de la boca del Altísimo, conforme al concepto bíblico teológico de que Dios lo creó todo por medio de su palabra. Por más que la Sabiduría se atribuye algunas características propias de una divinidad, queda establecido que es un criatura y que está al servicio del ser humano y tiene sentido por él. 2. La primera acción de la Sabiduría es buscar una morada, fijar una residencia, cuyo significado simbólico es encontrar el sentido de sí misma (4-7). 3. El Creador le fija como morada la «casa» de Jacob, el pueblo de Israel, y ella elige como lugar concreto de su residencia el monte Sión, es decir, la ciudad de Jerusalén. Se trata de un simbolismo utilizado por Ben Sirá para decir que al mismo pueblo que Dios se eligió para sí, le otorga además el más grande don: la Sabiduría, cuya concreción efectiva es la Torá o Ley (23). Se trata de un don maravilloso que ha beneficiado al pueblo haciéndolo el más particular entre todos los pueblos. Para Ben Sirá, la sabiduría griega con toda su propaganda y todo su aparato, está muy por debajo de la Sabiduría que Dios le ha otorgado a Israel, por eso no escatima adjetivos ni elogios para ponerla por encima de toda la obra creada (25-33), y al mismo tiempo él se define como servidor incansable de ella y llama a que todos la busquen (34).

Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

*24 Este capítulo constituye el centro del libro. Inspirándose en Pro 8:1-36, el sabio compone un himno en el que la sabiduría personificada pronuncia su elogio: describe su origen divino, su morada en Israel, su identidad y utilidad a través de imágenes vegetales y concluye con una invitación urgente a sus interlocutores (Sir 24:1-22). A continuación, el sabio retoma la palabra: identifica la sabiduría con la ley y hace una especie de confesión autobiográfica que funciona como colofón del capítulo (Sir 24:23-34). Es de notar la afinidad literaria y teológica entre Sir 24:1-34 y el llamado Prólogo del Evangelio de Juan (Jua 1:1-18).

Biblia Hispano Americana (Sociedad Bíblica Española, 2014)

Job 28:1-28; Pro 1:20-33; Pro 2:1-10; Pro 8:1-36; Pro 9:1-6; Bar 3:9-37; Bar 4:1-4.

Libro del Pueblo de Dios (San Pablo, 1990)



17. Un grupo de manuscritos añade esta célebre glosa: v. 18: "Yo soy la madre del amor hermoso, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza. Yo, que permanezco para siempre, soy dada a todos mis hijos, a los que han sido elegidos por Dios".

23. Algunos manuscritos añaden v. 24: "No dejen de buscar su fuerza en el Señor; permanezcan unidos a él, para que él los fortalezca. El Señor todopoderoso es el único Dios y, fuera de él, no hay otro salvador".

Torres Amat (1825)



[1] Este capítulo inicia la segunda parte del libro con uno de los más bellos elogios de la sabiduría, que habla de sí misma como la primera criatura de Dios, presente en la creación, la vida del pueblo elegido y de todo hombre sabio. Este elogio se orienta a Cristo como palabra.

[14] La sabiduría de Dios dirigía los sacrificios y ceremonias.

[36] Jos 3, 15.