Sabiduría 18 Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011) | 25 versitos |
1 Para tus fieles, en cambio, brillaba una espléndida luz. | Los egipcios, que oían su voz pero sin distinguir su figura, | los felicitaban por no haber padecido como ellos.
2 Les daban las gracias porque no se vengaban de los agravios recibidos | y les pedían perdón por su conducta hostil.
3 En lugar de esto les diste una columna de fuego, | como guía para un viaje desconocido, | y como sol inofensivo para su gloriosa marcha.
4 Bien merecían verse privados de luz y prisioneros de las tinieblas | aquellos que habían encerrado en la prisión a tus hijos, | que iban a transmitir al mundo la luz incorruptible de la ley.
5 Por haber decretado matar a los niños de tus fieles | —uno solo de los niños, abandonado, se salvó—, | en castigo, les arrebataste una multitud de hijos, | y los hiciste perecer a todos juntos en las aguas impetuosas.
6 Aquella noche les fue preanunciada a nuestros antepasados, | para que, sabiendo con certeza en qué promesas creían, | tuvieran buen ánimo.
7 Tu pueblo esperaba la salvación de los justos | y la perdición de los enemigos,
8 pues con lo que castigaste a los adversarios, | nos glorificaste a nosotros, llamándonos a ti.
9 Los piadosos hijos de los justos ofrecían sacrificios en secreto | y establecieron unánimes esta ley divina: | que los fieles compartirían los mismos bienes y peligros, | después de haber cantado las alabanzas de los antepasados.
10 Hacían eco los gritos destemplados de los enemigos, | y se extendía el lamento de quienes lloraban a sus hijos.
11 Idéntico castigo sufrían el esclavo y el amo, | y el plebeyo padecía lo mismo que el rey.
12 Todos por igual tenían innumerables cadáveres, | víctimas de un mismo género de muerte; | los vivos no daban abasto para enterrarlos, | porque en un instante había perecido lo mejor de su raza.
13 Aunque la magia los había hecho desconfiar de todo, | ante la muerte de los primogénitos reconocieron que este pueblo era hijo de Dios.
14 Cuando un silencio apacible lo envolvía todo | y la noche llegaba a la mitad de su carrera,
15 tu palabra omnipotente se lanzó desde el cielo, desde el trono real, | cual guerrero implacable, sobre una tierra condenada al exterminio; | empuñaba la espada afilada de tu decreto irrevocable,
16 se detuvo y todo lo llenó de muerte, | mientras tocaba el cielo, pisoteaba la tierra.
17 De repente los sobresaltaron horribles pesadillas, | los asaltaron terrores inesperados.
18 Tendidos y medio muertos, cada uno por su lado, | manifestaban la causa de su muerte;
19 pues sus sueños turbulentos los habían prevenido, | para que no pereciesen sin conocer el motivo de su desgracia.
20 También a los justos alcanzó la prueba de la muerte | y una multitud de ellos pereció en el desierto. | Pero aquella ira no duró mucho,
21 porque pronto un hombre intachable salió en su defensa, | manejando las armas de su ministerio: | la oración y el incienso expiatorio. | Hizo frente a la ira y puso fin a la catástrofe, | demostrando ser tu servidor.
22 Venció la indignación no a fuerza de músculos, | ni esgrimiendo la espada, | sino que con la palabra sometió a quien los castigaba, | recordando los juramentos y alianzas | que hizo con los antepasados.
23 Cuando ya los muertos yacían amontonados, | se puso en medio, detuvo el avance de la ira | y le cerró el paso hacia los que todavía vivían.
24 Pues en su vestido talar estaba el universo entero, | los nombres gloriosos de los patriarcas en cuatro hileras de piedras preciosas, | y tu majestad en la diadema de su cabeza.
25 Ante esto, el exterminador retrocedió atemorizado, | pues era suficiente una sola demostración de tu ira.

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Introducción a Sabiduría

SABIDURÍA

Es este el último libro, cronológicamente hablando, del Antiguo Testamento. Su autor, que se presenta en la primera parte como el rey Salomón (un nuevo caso de ficción literaria), fue un judío profundamente religioso de la diáspora alejandrina. Abierto a la cultura griega y auténtico conocedor de la tradición de sus antepasados, escribió su obra probablemente en Alejandría de Egipto en los primeros años del reinado de Augusto (30 a.C.-14 d.C.). Se dirige en primer lugar a sus compatriotas judíos, cuya fidelidad al yahvismo estaba en peligro por el auge de la civilización alejandrina (escuelas filosóficas, religiones mistéricas, astrología, hermetismo, cultos populares) y también al mundo pagano, especialmente a los ambientes más sensibles a la problemática religiosa. Aunque en su composición se sirve de conceptos, categorías y términos de la filosofía platónica, del estoicismo y del epicureísmo para trasmitir su mensaje, su principal fuente de inspiración es, sin duda alguna, el Antiguo Testamento: Ley, Profetas y Escritos. Es un sabio de Israel, cuyo pensamiento se nutre de la Escritura y cuya máxima preocupación es exhortar a la búsqueda de la sabiduría como camino para llegar a Dios.

Fuente: Sagrada Biblia (Conferencia Episcopal Española, 2011)

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Notas

Sabiduría 18,1-25*10-19 A partir de Sab 10:1, y hasta el final del libro, la sabiduría se revela por medio de su intervención en la historia humana, desde los orígenes hasta la salida de Egipto (Sab 10:1-21; Sab 11:1-26; Sab 12:1-27 y Sab 16:1-29; Sab 17:1-21; Sab 18:1-25; Sab 19:1-22). Estas dos grandes meditaciones sobre el Éxodo, interrumpidas por una digresión sobre la idolatría (Sab 13:1-19; Sab 14:1-31; Sab 15:1-19), siguen un mismo esquema a partir de la oposición israelitas (justos salvados) - egipcios (impíos castigados).