Deuteronomio  1 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 46 versitos |
1
I. Discursos introductorios
PRIMER DISCURSO DE MOISÉS
Tiempo y lugar.
Éstas son las palabras que dirigió Moisés a todo Israel al otro lado del Jordán, en el desierto, en la Arabá, frente a Suf, entre Parán, Tófel, Labán, Jaserot y Di Zahab.
2 Once son las jornadas desde el Horeb, por el camino del monte Seír, hasta Cades Barnea.
3 El año cuarenta, el día uno del undécimo mes, comunicó Moisés a los israelitas todo cuanto Yahvé le había mandado para ellos.
4 Después de haber derrotado a Sijón, rey de los amorreos, que moraba en Jesbón, y a Og, rey de Basán, que moraba en Astarot y en Edreí,
5 al otro lado del Jordán, en el país de Moab, comenzó Moisés a promulgar esta Ley, diciendo:
6
Últimas instrucciones en el Horeb.
Yahvé, nuestro Dios, nos habló así en el Horeb: «Ya habéis estado bastante tiempo en esta montaña.
7 ¡En marcha!, partid y entrad en la montaña de los amorreos, y en todas sus comarcas vecinas de la Arabá, la Montaña, la Tierra Baja, el Negueb y el litoral; en la tierra de Canaán y en el Líbano, hasta el río grande, el río Éufrates.
8 Mirad: Yo he puesto esa tierra ante vosotros; id a tomar posesión de la tierra que Yahvé juró dar a vuestros padres, Abrahán, Isaac y Jacob, y a sus descendientes.»
9 Yo os hablé entonces y os dije: «No puedo cargar con todos vosotros yo solo.
10 Yahvé, vuestro Dios, os ha multiplicado y sois ahora tan numerosos como las estrellas del cielo.
11 Que Yahvé, el Dios de vuestros padres, os aumente mil veces más todavía y os bendiga como ha prometido.
12 Pero ¿cómo voy a poder yo solo llevar vuestro peso, vuestra carga y vuestros litigios?
13 Escogeos entre vosotros hombres sabios, perspicaces y experimentados, de cada una de vuestras tribus, y yo los pondré al frente de vosotros.»
14 Me respondisteis: «Está bien lo que propones.»
15 Yo establecí a los jefes de vuestras tribus, hombres sabios y experimentados, y los constituí jefes vuestros: como jefes de millar, de cien, de cincuenta y de diez, y como oficiales para vuestras tribus.
16 Y di entonces esta orden a vuestros jueces: «Escuchad lo que haya entre vuestros hermanos y administrad justicia entre un hombre y su hermano o un forastero.
17 No hagáis en el juicio acepción de personas, escuchad al pequeño lo mismo que al grande, no tengáis miedo a ningún hombre, pues la sentencia es de Dios. El asunto que os resulte demasiado difícil, me lo remitiréis a mí, y yo lo oiré.»
18 Yo os prescribí entonces todo lo que tenías que hacer.
19
Incredulidad en Cades.
Partimos, pues, del Horeb y atravesamos ese inmenso y temible desierto que habéis visto, camino de la montaña de los amorreos, como Yahvé nuestro Dios nos había mandado, y llegamos a Cades Barnea.
20 Yo os dije: «Ya habéis llegado a la montaña de los amorreos que Yahvé nuestro Dios nos da.
21 Mira: Yahvé tu Dios te ha puesto delante ese país. Sube a tomar posesión de él como te ha dicho Yahvé el Dios de tus padres; no tengas miedo ni te acobardes.»
22 Pero todos vosotros os acercasteis a decirme: «Enviemos por delante hombres que exploren el país y nos den noticias sobre el camino por donde hemos de subir y sobre las ciudades en que podemos entrar.»
23 Me pareció bien la propuesta y tomé de entre vosotros doce hombres, uno por tribu.
24 Partieron y subieron a la montaña; llegaron hasta el Valle de Escol y lo exploraron.
25 Tomaron en sus manos frutos del país, nos los trajeron, y nos informaron: «Buena tierra es la que Yahvé nuestro Dios nos da.»
26 Pero vosotros os negasteis a subir; os rebelasteis contra la orden de Yahvé vuestro Dios,
27 y os pusisteis a murmurar en vuestras tiendas: «Por el odio que nos tiene nos ha sacado Yahvé de Egipto, para entregarnos en manos de los amorreos y destruirnos.
28 ¿Adónde vamos a subir? Nuestros hermanos nos han descorazonado al decir: Es un pueblo más numeroso y corpulento que nosotros, las ciudades son grandes y sus murallas llegan hasta el cielo. Y hasta anaquitas hemos visto allí.»
29 Yo os dije: «No os asustéis, no tengáis miedo de ellos.
30 Yahvé vuestro Dios, que marcha al frente de vosotros, combatirá por vosotros, como visteis que lo hizo en Egipto,
31 y en el desierto, donde has visto que Yahvé tu Dios te llevaba como un hombre lleva a su hijo, a lo largo de todo el camino que habéis recorrido hasta llegar a este lugar.»
32 Pero aun así ninguno de vosotros confió en Yahvé vuestro Dios,
33 que era el que os precedía en el camino y os buscaba lugar donde acampar, con el fuego durante la noche para alumbrar el camino que debíais seguir, y con la nube durante el día.
34
Instrucciones de Yahvé en Cades.
Oyó Yahvé vuestras palabras y se encolerizó y juró de esta manera:
35 «Ni un solo hombre de esta generación perversa verá la tierra buena que yo juré dar a vuestros padres,
36 excepto Caleb, hijo de Jefoné: él la verá, y yo le daré a él y a sus hijos la tierra que ha pisado, porque siguió cabalmente a Yahvé.»
37 Por culpa vuestra Yahvé se irritó también contra mí y me dijo: «Tampoco tú entrarás allá.
38 Será tu ayudante Josué, hijo de Nun, el que entrará. Dale ánimo, ya que él dará a Israel posesión de la tierra.
39 Pero vuestros pequeños, de los que dijisteis que iban a servir de botín, vuestros hijos que no distinguen todavía el bien del mal, sí entrarán allá; a ellos se la daré, y ellos la poseerán.
40 Y vosotros ahora, dad la vuelta y partid hacia el desierto por el camino del mar de Suf.»
41 Vosotros me respondisteis: «Hemos pecado contra Yahvé nuestro Dios. Subiremos y combatiremos como Yahvé nuestro Dios nos ha mandado.» Ceñisteis cada uno vuestras armas y creisteis fácil subir a la montaña.
42 Pero Yahvé me dijo: «Diles: No subáis a combatir, porque no estoy yo en medio de vosotros, y así seréis derrotados por vuestros enemigos.»
43 Yo os lo dije, pero vosotros no me escuchasteis; fuisteis rebeldes a la orden de Yahvé y tuvisteis la osadía de subir a la montaña.
44 Los amorreos, habitantes de esa montaña, salieron a vuestro encuentro, os persiguieron como lo hubieran hecho las abejas, y os derrotaron desde Seír hasta Jormá.
45 A vuestro regreso llorasteis ante Yahvé, pero Yahvé no escuchó vuestra voz ni os prestó oídos.
46 Por eso tuvisteis que permanecer en Cades largo tiempo: todo ese tiempo que habéis estado allí.

Patrocinio

 
 

Introducción a Deuteronomio 

No hay comentario

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

Patrocinio

Notas

Deuteronomio  1,1
NOTAS

1 Después del título, Deu_1:1, este párrafo reúne indicaciones de lugar y tiempo, procedentes de diferentes manos y cuyo propósito es relacionar el Deuteronomio con el libro de los Números.


Deuteronomio  1,4
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Núm_21:21-35

Deuteronomio  1,5
NOTAS

1:5 El primer discurso de Moisés 1:6—4:40, es un resumen de la historia de Israel desde su estancia en el Sinaí hasta su llegada al Pisgá, frente al Jordán, seguido de un recuerdo de la Alianza y de sus exigencias; anuncia el Destierro como castigo de la infidelidad, pero abre al mismo tiempo la perspectiva de la conversión y del retorno. Este conjunto pertenece a la segunda edición del Deuteronomio, durante el Destierro. El discurso vuelve en parte a repetir los relatos yahvistas y, sobre todo, elohístas del Ex de los Nm, pero haciendo una selección y elaborándolos bajo un punto de vista diferente: insiste particularmente en la providencia divina y la elección de Israel, tomando como tema central el don de la Tierra Prometida por Yahvé. Los caps. 1-3, que componen una especie de prólogo de carácter más netamente histórico (sobre todo Deu_1:19 ss), y donde este tema está particularmente puesto de relieve, pueden ser considerados como una introducción al conjunto de la historia deutoronomista, que continúa hasta los libros de los Reyes y termina con el relato de la pérdida de la tierra dada a Israel.

Deuteronomio  1,6
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_3:1+

Deuteronomio  1,7
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_12:7+; Gén 15; Gén_26:2-5; Gén_28:13-15+

Deuteronomio  1,9
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Éxo_18:13-26; Núm_11:14

Deuteronomio  1,10
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_15:5; Gén_22:17

Deuteronomio  1,11
NOTAS

1:11 Corrección teológica de Núm_11:11-15, donde Moisés lamenta que los israelitas sean demasiado numerosos. Tenemos aquí la señal de una bendición divina.

Deuteronomio  1,12
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Núm_11:16-17

Deuteronomio  1,16
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Deu_17:8-13

Deuteronomio  1,17
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Lev_19:15

NOTAS

1:17 Hacer acepción de personas, lit. «alzar el rostro», es mostrar benevolencia y, más generalmente, dar pruebas de parcialidad, en materia de justicia, Deu_16:19; Lev_19:15, etc. Los jueces deben imitar la soberana imparcialidad de Dios, Deu_10:17+; Pro_24:23. Los profetas volverán con frecuencia, en términos diferentes, sobre esta obligación, Isa_10:2; Jer_5:28; Eze_22:12; Amó_2:6; Amó_5:7, Amó_5:10; Miq_3:9, Miq_3:11.

Deuteronomio  1,19
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Núm 13:1—14:9

Deuteronomio  1,21
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Jos_1:6; Jos_1:9

NOTAS

1:21 Esta confianza en la victoria es una característica de la guerra santa, frecuentemente subrayada en el Dt, ver Deu_1:29; Deu_7:21; Deu_20:1; Deu_30:8, etc.

Deuteronomio  1,22
NOTAS

1:22 Es el pueblo, y no Yahvé como en Núm_13:2, el que propone enviar exploradores. Este gesto aparece ya como una falta de fe y prepara la continuación del relato: la condena a no entrar en Canaán y el castigo del pueblo. Con esta falta relaciona el Dt la exclusión de Moisés, mientras que Núm_20:12 la relaciona con el episodio de Meribá: es el tema de la Tierra Prometida lo que aquí se sigue poniendo de relieve.

Deuteronomio  1,28
NOTAS

1:28 Los anaquitas, al igual que los emitas, los refaítas, los zanzumitas y los zuzitas (o Zuzim), Deu_2:10-11, Deu_2:20, ver Gén_14:5, son los nombres legendarios de los primeros habitantes de Palestina y Transjordania. Se les relacionaba con los fabulosos Nefilín, Núm_13:33; Gén_6:4, y se les atribuían los monumentos megalíticos, ver Deu_3:11. Los anaquitas constituían todavía, en tiempo de Josué, una aristocracia en la montaña de Hebrón y la región marítima, Jos_11:21 s; Jos_14:12-15; Jos_15:13-15; Jos_21:11. Los refaítas se habían mantenido en el país de Basán, Deu_3:13; Jos_12:4 s; Jos_13:12, pero también en Judea se conservó su recuerdo en el llamado valle de los refaítas al S.O. de Jerusalén, Jos_15:8; Jos_18:16; 2Sa_5:18, y los hombres de David acabaron con los últimos vástagos de Rafá, su antepasado epónimo, 2Sa_21:16-22, ver 1Cr_20:4-8. La palabra refa'îm designaba también las sombras en el Seol, ver Job_25:5 s, Sal_88:11 [Sal_88:10]; Isa_14:9; Isa_26:14, Isa_26:19.

Deuteronomio  1,30
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Hch_13:18; Deu_7:6+; Deu_14:1; Deu_32:6; Éxo_4:22; Ose_11:1; Isa_63:16; Jer_31:9; Mal_2:10-11; Sab_18:13; Núm_10:33

Deuteronomio  1,33
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_13:21 s

Deuteronomio  1,34
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Núm_14:21-35

Deuteronomio  1,35
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Núm_13:30; Núm_14:6-9

Deuteronomio  1,36
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Núm_20:12+; Deu_3:26; Deu_4:21; Deu_34:4

Deuteronomio  1,40
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Núm_14:25

Deuteronomio  1,41
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] |Núm_14:39-45

Deuteronomio  1,44
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Sal_118:12