Judith 2 Nueva Biblia de Jerusalén (Desclee, 1998) | 28 versitos |
1
Campaña occidental.
El año dieciocho, el día veintidós del primer mes, se celebró consejo en el palacio de Nabucodonosor, rey de Asiria, para concretar la venganza que había de tomarse a toda aquella tierra, tal como lo había anunciado.
2 Convocó a todos sus ministros y a todos sus magnates y expuso ante ellos su secreto designio, decidiendo personalmente la total desgracia de aquella tierra.
3 Y ellos sentenciaron que debía ser destruida toda persona que no hubiera secundado su invitación.
4 Acabado el consejo, Nabucodonosor, rey de Asiria, llamó a Holofernes, jefe supremo del ejército y segundo suyo, y le dijo:
5 «Así dice el gran rey, señor de toda la tierra: En cuanto salgas de mi presencia, toma contigo hombres de valor probado, unos ciento veinte mil infantes y una gran cantidad de caballos, con doce mil jinetes,
6 y marcha contra toda la tierra de occidente, pues no secundaron mi invitación.
7 Ordénales que pongan a tu disposición tierra y agua, porque partiré airado contra ellos y cubriré toda la superficie de la tierra con los pies de mis soldados, a los que entregaré el país como botín.
8 Sus heridos llenarán sus barrancos; sus ríos y torrentes, repletos todos de cadáveres, se desbordarán;
9 y los deportaré hasta los confines de la tierra.
10 Parte, pues, y comienza por apoderarte de su territorio. Si se rinden a ti, resérvamelos para el día de su vergüenza.
11 Pero no perdones a los rebeldes. Entrégalos a la muerte y al saqueo en todo el país conquistado.
12 Juro por mi vida y por el poderío de mi reino que, tal como lo he dicho, lo cumpliré por mi propia mano.
13 Por tu parte, no omitas ni una sola de las órdenes de tu señor; las cumplirás estrictamente, sin tardanza, tal como te lo he mandado.»
14 Holofernes, una vez que salió de la presencia de su señor, convocó a todos los príncipes, jefes y capitanes del ejército asirio,
15 y eligió a los hombres más selectos para la guerra, como lo había ordenado su señor: unos ciento veinte mil hombres, más doce mil arqueros a caballo,
16 y los puso en orden de combate, como se ordena una multitud para la batalla.
17 Tomó una gran cantidad de camellos, asnos y mulas para el bagaje e incontable número de ovejas, bueyes y cabras para el avituallamiento;
18 provisiones abundantes para cada hombre y muchísimo oro y plata de la casa real.
19 Holofernes se puso después en camino con todo su ejército, precediendo al rey Nabucodonosor, y cubrió todo el territorio de occidente con sus carros, sus caballos y sus mejores infantes.
20 Se les agregó una multitud tan numerosa como la langosta y como la arena de la tierra, que les seguía en tan gran número que no se podía calcular.
21
Etapas del ejército de Holofernes.
Se alejaron de Nínive tres jornadas de camino hasta la llanura de Bectilez, y acamparon junto a Bectilez, cerca del monte que está a la izquierda de la Cilicia superior.
22 Junto con todo su ejército, infantes, jinetes y carros, partió de allí hacia la montaña.
23 Desbarató a Put y Lud, devastó a todos los hijos de Rasis y a los hijos de Ismael que habitan al borde del desierto, al sur de Jeleón,
24 atravesó el Éufrates, recorrió Mesopotamia, arrasó todas las ciudades altas que dominan el torrente Abroná y llegó hasta el mar.
25 Se apoderó del territorio de Cilicia y, derrotando a cuantos se le oponían, alcanzó la frontera de Jafet por el sur, frente a Arabia.
26 Cercó a todos los madianitas, incendió sus tiendas y saqueó sus aduares;
27 descendió hacia la llanura de Damasco, al tiempo de la siega del trigo, incendió todos sus cultivos, exterminó sus rebaños de ovejas y bueyes, saqueó sus ciudades, devastó sus campos y pasó a cuchillo a todos sus jóvenes.
28 Su presencia llenó de temor y espanto a todos los habitantes del litoral. Los de Sidón y Tiro, los habitantes de Sur y Oquina, los de Yamnia, Asdod y Ascalón temblaron ante él.

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Introducción a Judith

El libro de Judit es la historia de una victoria del pueblo elegido contra sus enemigos, merced a la intervención de una mujer. La pequeña nación judía se enfrenta con el imponente ejército de Holofernes, que quiere someter el mundo al rey Nabucodonosor y destruir todo culto que no sea el de Nabucodonosor endiosado. Los judíos son sitiados en Betulia. Privados de agua, están a punto de rendirse. Aparece entonces Judit, viuda joven, hermosa, prudente, piadosa y decidida que triunfará sobre la apatía de sus compatriotas y luego sobre el ejército asirio. Echa en cara a los jefes de la ciudad su falta de confianza en Dios. Después ora, se acicala, sale de Betulia y se hace presentar a Holofernes. Echa mano contra él de la seducción y de la astucia y, una vez a solas con aquel militarote ebrio, le corta la cabeza. Los asirios huyen presa del pánico y su campamento es entregado al saqueo. El pueblo ensalza a Judit y se dirige a Jerusalén para una solemne acción de gracias.

Parece como si el autor hubiese multiplicado adrede los dislates de la historia para distraer la atención de cualquier contexto histórico concreto y llevarla por entero al drama religioso y a su desenlace. Es una narración hábilmente compuesta, que guarda estrecho parentesco con los apocalipsis. Holofernes, servidor de Nabucodonosor, es una síntesis de las potencias del mal; Judit, cuyo nombre significa «la Judía», representa la causa de Dios, identificada con la de la nación. Esta causa parece condenada al exterminio, pero Dios cuida de su triunfo por medio de las débiles manos de una mujer, y el pueblo santo sube a Jerusalén. El libro tiene contactos ciertos con Daniel, Ezequiel y Joel: la escena tiene lugar en la llanura de Esdrelón, cerca de la llanura de Harmaguedón, donde San Juan situará la batalla escatológica de Apo_16:16 ; la victoria de Judit es el premio de su oración, de su observancia escrupulosa de las normas de pureza legal, y, sin embargo, la perspectiva del libro es universalista: la salvación de Jerusalén queda asegurada en Betulia, en aquella Samaría odiosa para los «ortodoxos» del Judaísmo rígido; Ajior es quien da con el sentido religioso del conflicto, y Ajior es un amonita, Jdt_5:5-21 , que se convierte al Dios verdadero, Jdt_14:5-10 .

El libro fue escrito en Palestina, hacia mediados del siglo II antes de nuestra era, en una atmósfera de fervor nacional y religioso que la sublevación de los Macabeos había creado.

Fuente: Nueva Biblia de Jerusalén (1998) - referencias, notas e introducciones a los libros

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Notas

Judith 2,1
NOTAS

2:1 De su reinado, es decir, el año 587, el de la toma de Jerusalén. El autor habrá querido contraponer a este triste recuerdo el relato de la victoria judía obtenida por Judit. Este relato está elaborado a imitación de las grandes campañas militares de los reyes de Asiria y Babilonia contra sus vasallos rebelados del oeste.


Judith 2,4
NOTAS

2:4 Holofernes y Bagos, Jdt_12:11, llevan nombres persas de oficiales de Artajerjes III Ocos (358-338). Es posible también que el autor haya querido evocar, bajo el nombre de Nabucodonosor, las campañas de este rey.

Judith 2,5
NOTAS

2:5 Título oficial del rey de los persas.

Judith 2,7
NOTAS

2:7 Lo necesario para el paso y estancia del vencedor, según una fórmula persa.

Judith 2,19
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Joe_2:2-7; Joe_2:11; Jue_7:12

Judith 2,21
NOTAS

2:21 El itinerario comprende cierto número de localidades desconocidas o cuya identificación es dudosa; según otros, los nombres conocidos parecen utilizarse de forma desacostumbrada. En todo caso, el trayecto descrito es inconcebible. Acaso el autor ignoraba la geografía de esta región, o quizá no tuvo interés en localizar con exactitud los hechos.

Judith 2,22
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Gén_10:6; Gén_10:13; Gén_10:22

Judith 2,27
NOTAS

2:27 Los hebreos distinguen la siega de la cebada en abril, ver 2Sa_21:9, y la siega del trigo a fines de mayo, ver Gén_30:14.

Judith 2,28
REFERENCIAS CRUZADAS

[1] Éxo_15:15-16