Marcos 11 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 33 versitos |
1 diciéndoles:
– Vayan al pueblo de enfrente y, al entrar, encontrarán un burrito atado, que aún nadie ha montado. Desátenlo y tráiganlo.
2 Y si alguien les pregunta por qué hacen eso, le dirán que le hace falta al Señor y que se lo devolverá muy pronto.
3 Fueron y encontraron el burrito atado junto a una puerta, por fuera, contra el portón. Lo soltaron.
4 Algunos de los allí presentes les dijeron:
–¿Por qué sueltan el burrito?
5 Contestaron como les había encargado Jesús, y los dejaron.
6 Llevaron el burrito a Jesús, le echaron encima sus mantos, y Jesús se montó.
7 Muchos alfombraban con sus mantos el camino, otros con ramos cortados en el campo.
8 Los que iban delante y detrás gritaban:
– ¡Hosana! Bendito el que viene
en nombre del Señor.
9 Bendito el reino
de nuestro padre David que llega.
¡Hosana en las alturas!
10 Entró en Jerusalén y se dirigió al templo. Después de inspeccionarlo todo, como era tarde, volvió con los Doce a Betania.
11

Maldice la higuera
Mt 21,18s

Al día siguiente, cuando salían de Betania, sintió hambre.
12 Al ver de lejos una higuera frondosa, se acercó para ver si encontraba algo; pero no encontró más que hojas, pues no era la estación de higos.
13 Entonces le dijo:
– Nunca jamás nadie coma frutos tuyos.
Los discípulos lo estaban oyendo.
14

Purifica el Templo
Mt 21,12-17; Lc 19,45-48; cfr. Jn 2,13-16

Llegaron a Jerusalén y, entrando en el templo, se puso a echar a los que vendían y compraban en el templo, volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas,
15 y no dejaba a nadie transportar objetos por el templo.
16 Y les explicó:
– Está escrito:
Mi casa será casa de oración para todas las naciones, mientras que ustedes la han convertido en cueva de asaltantes.
17 Lo oyeron los sumos sacerdotes y los letrados y buscaban la forma de acabar con él; pero le tenían miedo, porque toda la gente admiraba su enseñanza.
18 Cuando anocheció, salió de la ciudad.
19

La higuera seca
Mt 21,20-22

Por la mañana, pasando junto a la higuera, observó que se había secado de raíz.
20 Pedro se acordó y le dice:
– Maestro, mira: la higuera que maldijiste se ha secado.
21 Jesús le respondió:
– Tengan fe en Dios.
22 Les aseguro que si uno, sin dudar en su corazón, sino creyendo que se cumplirá lo que dice, manda a ese monte que se quite de ahí y se tire al mar, sucederá.
23 Por tanto les digo que, cuando oren pidiendo algo, algo, crean que se les concederá, y así sucederá. [Mt 6,14s]
24 Cuando se pongan a orar, perdonen lo que tengan contra otros, y el Padre del cielo perdonará sus culpas.
25 [[Pero si no perdonan a los demás, tampoco su Padre los perdonará a ustedes.]]
26

La autoridad de Jesús
Mt 21,23-27; Lc 20,1-8

Volvieron a Jerusalén y, mientras caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los letrados y los ancianos
27 y le dijeron:
–¿Con qué autoridad haces eso? ¿Quién te ha dado tal autoridad para hacerlo?
28 Jesús respondió:
– Les haré una pregunta, si ustedes me responden yo les diré con qué autoridad lo hago:
29 El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de los hombres? Respóndanme.
30 Ellos discutían entre sí: Si afirmamos que del cielo, nos dirá que, por qué no le creímos.
31 ¿Vamos a decir que de los hombres? – Tenían miedo a la gente, porque todos consideraban a Juan un profeta auténtico– .
32 Así que respondieron:
– No sabemos.
Y Jesús les dijo:
– Entonces yo tampoco les digo con qué autoridad lo hago.
33

Los viñadores malvados
Mt 21,33-46; Lc 20,9-19

Se puso a hablarles con parábolas: Un hombre plantó una viña, la rodeó con una tapia, cavó un lagar y construyó una torre; se la arrendó a unos viñadores y se marchó.

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Introducción a Marcos

Marcos

Contexto histórico. La obra de Marcos nos sitúa en la segunda generación cristiana. El Evangelio ya ha traspasado las fronteras religiosas del mundo judío y se ha abierto también a los paganos, llegando hasta el mismo centro geográfico, económico y político del poder imperial romano: la ciudad de Roma. Allí el cristianismo muy pronto es catalogado como movimiento sospechoso y es duramente perseguido y castigado. En este contexto, probablemente, Marcos escribe su evangelio: «la Buena Noticia de Jesús, Mesías. Hijo de Dios» (1,1).

Destinatarios. Una tradición muy antigua los identifica con la comunidad perseguida de Roma en tiempos de Nerón (año 64). Se trataría de una comunidad mayoritariamente de origen pagano, pobre y en crisis, que estaría llamada a dar razón de su fe e identidad tal como la dio su Maestro y Señor en la cruz.

Autor, fecha y lugar de composición. Desde siempre se le ha llamado «según san Marcos», atribuyendo la autoría a un discípulo de Pedro: el mismo Juan Marcos que se nombra en el libro de los Hechos ( Hch_12:12 .25; Hch_13:13 ; Hch_15:37 .39) y que envía saludos en Col_4:10 ; Flm_1:24 y 1Pe_5:13 . Aunque tal atribución no es absolutamente cierta, no hay razones suficientes ni convincentes para negarla. En cuanto a la fecha de su composición, según la tradición, Marcos escribió su evangelio después de la muerte de Pedro (año 64); y según las pistas que nos ofrece su evangelio, antes de la destrucción de Jerusalén en la guerra judío-romana (año 70); por eso, muchos biblistas sugieren como fecha probable los años entre el 65 y 70. En cuanto al lugar de composición, Roma es la hipótesis más aceptada, no sólo porque así lo avala la tradición, sino también por ciertas referencias del mismo evangelio, como la explicación de palabras arameas, las alusiones al sufrimiento y a la persecución, y la relativa frecuencia de palabras y locuciones latinizadas.

Un evangelio por mucho tiempo desconocido... y hoy de sorprendente actualidad. Hasta finales del s. XIX apenas se prestó atención al evangelio de Marcos. La tradición de la Iglesia lo había relegado a un segundo plano en comparación con los demás sinópticos, ya sea por su estilo parco: pobre de vocabulario, monótono y repetitivo; o porque apenas ofrecía nada nuevo que no se encontrase mejor elaborado en Mateo o Lucas. O quizás, porque la misma Iglesia aún no estaba preparada para captar en toda su grandeza descarnada su mensaje inconformista.
Todo comenzó a cambiar cuando a finales del s. XIX, y sobre todo durante el s. XX, la crítica histórica lo descubrió como el primer y más genuino testimonio escrito sobre el Jesús histórico, en el que se inspiraron tanto Mateo como Lucas. El interés ha ido en aumento hasta nuestros días, al irse desvelando poco a poco la finalidad que perseguía: confrontar a sus lectores con el sorprendente misterio de la identidad de Jesús de Nazaret, un misterio que sigue fascinando al hombre y a la mujer de hoy, tanto como hace 2.000 años.

¿Quién es Jesús de Nazaret para Marcos? El tema de su evangelio es la persona de Jesús y la reacción de la gente a su paso. Marcos escribe su evangelio a la luz de la resurrección, pero no abusa de ella; al contrario, pone énfasis en presentar a Jesús crucificado más que resucitado, y a la gente cegada y deslumbrada más que iluminada.
Ya al principio de su obra declara que Jesús es ante todo «Hijo de Dios» y que el relato de su vida es una «Buena Noticia» ( 1Pe_1:1 ). Complementa esto con una declaración solemne del Padre ( 1Pe_1:11 ), un impulso del Espíritu ( 1Pe_1:12 ), una victoria fulgurante sobre Satanás y una pacificación cósmica -con las fieras- ( 1Pe_1:13 ). Es entonces cuando presenta a Jesús anunciando la inminente llegada del reino de Dios, pero su anuncio provoca una confrontación dramática. A Jesús no lo comprende su familia ( 1Pe_3:21 ) ni sus paisanos ( 1Pe_6:1-6 ), tampoco sus discípulos ( 1Pe_4:41 ; 1Pe_6:51 s). Los fariseos -poder religioso- y los herodianos -poder político- deciden eliminarlo ( 1Pe_3:6 ). Con todo, algunos paganos reconocen su poder ( 1Pe_5:18-20 ; 1Pe_7:24-30 ). Los discípulos están ciegos, no comprenden el anuncio de su pasión; pero Jesús, que puede sanar a los ciegos ( 1Pe_8:22-26 ), también puede sanar a sus discípulos. No sería una aberración decir que en este evangelio Jesús no facilita la comprensión de su persona. Manifiesta su poder milagroso, pero a la vez impone silencio; se aleja de los suyos, pero siempre está pendiente de ellos; revela su gloria en la transfiguración, pero impone reserva hasta su resurrección. Marcos evoca una figura desconcertante ante un auditorio desconcertado.

¿Quién es el seguidor de Jesús para Marcos? Paralelamente al desconcertante misterio de la identidad de Jesús, Marcos desarrolla en su evangelio la no menos desconcertante condición del discípulo; parece como si el primer plano de su narración lo ocupara dicha relación, que se desarrolla como una catequesis progresiva. Siempre están juntos, pues para eso los eligió: «para que convivieran con él» ( 1Pe_3:14 ). Todo lo hace en presencia de ellos. Estos discípulos, en la intención de Marcos, simbolizan a los destinatarios, de aquel entonces y de ahora, a quienes dirige su evangelio. Es esta relación la que estructura el plan de su obra. En la primera parte ( 1Pe_1:1-8 , 30), Jesús va implacablemente desmantelando todas las ideas preconcebidas que tenían de Dios y del Mesías prometido. El trabajo es arduo. No entienden sus parábolas ( 1Pe_4:13 ); tienen miedo ante su poder ( 1Pe_4:41 ); tampoco entienden sus milagros ( 1Pe_6:52 ; 1Pe_7:37 ). Parece como si todas sus instrucciones cayeran en saco roto ( 1Pe_8:17-21 ). La sanación del ciego de Betsaida ( 1Pe_8:22-26 ) introduce el comienzo de la sanación de la ceguera de los discípulos, dramatizada en la confesión de Pedro ( 1Pe_8:27-30 ). Ambas escenas ocupan el quicio del evangelio. A partir de entonces, la catequesis de Jesús se centra en la condición sufriente del Mesías, una cruz que debe cargar el discípulo que quiera seguirle ( 1Pe_8:34 ). Les anuncia tres veces su próxima pasión, muerte y resurrección. Ellos siguen sin comprender, pero el camino está ya despejado para que sea su misma muerte silenciosa en la cruz la que desvele definitivamente el misterio de su identidad. Así llega Marcos al punto culminante de su relato, afirmando por boca del centurión: «realmente este hombre era hijo de Dios» ( 1Pe_15:39 ). Su confesión es como la respuesta a la voz del Padre con la que comenzó su evangelio: «Tú eres mi Hijo querido, mi predilecto» ( 1Pe_1:11 ). El centurión representa a Roma, el poder pagano de aquel entonces, que por la cruz alcanza su fe. Pero también representa a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos a quienes Jesús sale a su encuentro, y son invitados a descubrirlo y conocerlo como Hijo de Dios y Salvador del mundo en situaciones de cruz, de muerte y de desesperanza. Para ellos y ellas escribió Marcos su evangelio.

Sinopsis. Inicia el evangelio con una pequeña introducción que prepara a Jesús para su ministerio ( 1Pe_1:1-13 ). Sigue a esta introducción la actividad que realiza en Galilea (,23). Tras un intermedio en Fenicia y Cesarea (,26), sucede el cambio decisivo, con la confesión de Pedro, la transfiguración, el anuncio de la pasión, y el camino hacia Jerusalén (,52). En Jerusalén, Jesús es presentado como profeta y Mesías (11-13), cuyos contenidos y características se desarrollan en el relato de la pasión y resurrección ( 1Pe_14:1-16 , 8). Hasta aquí la obra de Marcos. Posteriormente, alguien le añadió un apéndice ( 1Pe_16:9-20 ) para paliar un poco el final desconcertante del autor.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Marcos 11,1-11Entrada triunfal en Jerusalén. Al llegar a Jerusalén, todo está listo para cumplirse lo anunciado (8,31; 9,31; 10,33s). Jesús es presentado como el Mesías-Rey esperado, un rey pobre y humilde, que no trae la guerra sino la paz, según la profecía de Zac_9:9s. La intención de devolver el burrito también lo muestra como un rey justo y bondadoso. La gente saluda a Jesús con las palabras del Sal_118:25s. La expresión Hosana significa «sálvanos, por favor». La idea de rey que tiene Jesús no concuerda con la de la multitud que grita «Bendito el reino de nuestro padre David que llega», por su carácter nacionalista, guerrero y vengativo.


Marcos 11,12-14Maldice la higuera. En la tradición bíblica, la higuera simboliza al pueblo de Dios (Ose_9:10). Al llegar a Jerusalén, Jesús encuentra una sociedad que, teniendo las hojas de la Palabra de Dios, no quiere producir frutos (Miq_7:1; Jer_8:13), porque no cree que la «estación» del reino ya está en medio de ellos. Una sociedad así está condenada a la esterilidad.
Marcos 11,15-19Purifica el Templo. La esterilidad se extiende al Templo, que aparece hermoso y frondoso pero igualmente sin frutos. El Templo ha perdido su identidad como casa de oración universal (Isa_56:7), y se ha convertido en una cueva de ladrones que, según Jer_7:11, equivale a un depósito de bienes adquiridos injustamente.
Marcos 11,20-26La higuera seca. La higuera estéril se ha secado. Jesús da tres claves para que las comunidades cristianas no caigan en la esterilidad ni en la sequedad: la fe sin reservas, la oración confiada y el perdón que favorece la comunión fraterna.
Marcos 11,27-33La autoridad de Jesús. Los tres grupos que representan el sanedrín (el Consejo judío), reconocen la autoridad de Jesús; pero dudan de su origen. No entienden que la autoridad pueda ejercerse desde el servicio a los más pobres y no desde el poder y los privilegios. Jesús se defiende acudiendo a la memoria de Juan el Bautista, quien conquistó la autoridad gracias a su servicio profético. Los dirigentes, que no pueden negar el argumento de Juan el Bautista, deben aceptar implícitamente que la autoridad de Jesús también es divina, porque está puesta al servicio de la humanidad.