Lucas 21 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 38 versitos |
1

La ofrenda de la viuda
Mc 12,41-44

Levantando la vista observó a unos ricos que depositaban sus donativos en el arca del templo.
2 Observó también, a una viuda pobre que ponía unas moneditas;
3 dijo:
– Les aseguro que esa pobre viuda ha puesto más que todos.
4 Porque todos ésos han depositado donativos de lo que les sobraba; pero ella en su pobreza, ha puesto cuanto tenía para vivir.
5

Discurso escatológico: destrucción del templo
Mt 24,1-14; Mc 13,1-13

A unos que elogiaban las hermosas piedras del templo y la belleza de su ornamentación les dijo:
6 – Llegará un día en que todo lo que ustedes contemplan será derribado sin dejar piedra sobre piedra.
7 Le preguntaron:
– Maestro, ¿cuándo sucederá eso y cuál es la señal de que está para suceder?
8 Respondió:
–¡Cuidado, no se dejen engañar! Porque muchos se presentarán en mi nombre diciendo: Yo soy; ha llegado la hora. No vayan tras ellos.
9 Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, no se asusten. Primero ha de suceder todo eso; pero el fin no llega en seguida.
10 Entonces les dijo:
– Se alzará pueblo contra pueblo, reino contra reino;
11 habrá grandes terremotos, en diversas regiones habrá hambres y pestes, y en el cielo señales grandes y terribles.
12 Pero antes de todo eso los detendrán, los perseguirán, los llevarán a las sinagogas y las cárceles, los conducirán ante reyes y magistrados a causa de mi nombre,
13 y así tendrán la oportunidad de dar testimonio de mí.
14 Háganse el propósito de no preparar su defensa;
15 yo les daré una elocuencia y una prudencia que ningún adversario podrá resistir ni refutar.
16 Hasta sus padres y hermanos, parientes y amigos los entregarán y algunos de ustedes serán ajusticiados;
17 y todos los odiarán a causa de mi nombre.
18 Sin embargo no se perderá ni un pelo de su cabeza.
19 Gracias a la constancia salvarán sus vidas.
20

La gran tribulación
Mt 24,15-21; Mc 13,14-19

Cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, sepan que está cercana su destrucción.
21 Entonces los que estén en Judea escapen a los montes; los que estén dentro de la ciudad salgan al campo; los que estén en el campo no vuelvan a la ciudad.
22 Porque es el día de la venganza, cuando se cumplirá todo lo que está escrito.
23 ¡Ay de las embarazadas y de las que tengan niños de pecho aquel día! Sobre el país vendrá una gran desgracia y sobre este pueblo soplará la ira de Dios.
24 Caerán a filo de espada y serán llevados prisioneros a todos los países.
Jerusalén será pisoteada por paganos, hasta que la época de los paganos se termine.
25

La parusía
Mt 24,29-35; Mc 13,24-26

Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra se angustiarán los pueblos, desconcertados por el estruendo del mar y del oleaje.
26 Los hombres desfallecerán de miedo, aguardando lo que le va a suceder al mundo; porque hasta las fuerzas del universo se tambalearán.
27 Entonces verán al Hijo del Hombre que llega en una nube con gran poder y gloria.
28 Cuando comience a suceder todo eso, enderécense y levanten la cabeza, porque ha llegado el día de su liberación.
29 Y les añadió una parábola:
– Observen la higuera y los demás árboles:
30 cuando echan brotes, se dan cuenta de que el verano está cerca.
31 Igual ustedes, cuando vean que sucede eso, sepan que se acerca el reino de Dios.
32 Les aseguro que no pasará esta generación antes de que suceda todo eso.
33 Cielo y tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
34

Vigilancia y oración

Presten atención, no se dejen aturdir con el vicio, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que aquel día no los sorprenda de repente,
35 porque caerá como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.
36 Estén despiertos y oren incesantemente, pidiendo poder escapar de cuanto va a suceder, así podrán presentarse seguros ante el Hijo del Hombre.
37 De día enseñaba en el templo; de noche salía y se quedaba en el monte de los Olivos.
38 Y todo el pueblo madrugaba para escucharlo en el templo.

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Introducción a Lucas

Lucas

Contexto histórico. La obra de Lucas nos sitúa en la segunda generación cristiana. Los cristianos se van asentando y expandiendo cada vez más dentro del mundo romano, aunque son vistos frecuentemente con recelo y sospecha. Urge, pues, presentar el ideal cristiano como un ideal apto e inofensivo para la sociedad romana, como una práctica religiosa que puede subvertir el mundo no con la violencia de las armas ni de las guerras, sino con la fuerza del Espíritu que ya está actuando y que va convirtiendo muchos corazones al Señor Jesús. Por otro lado, en la medida que se radicaliza la ruptura entre la Iglesia cristiana y la Sinagoga judía, va surgiendo en las comunidades cristianas cierto rechazo a la historia de salvación precedente, y es necesario resaltar que une el cristianismo con el judaísmo. Este es, quizás, el contexto en que Lucas escribe su evangelio.

Destinatarios.
Por los datos que nos brinda el evangelio, se trataría de una comunidad de cristianos mayoritariamente de origen pagano y geográficamente distante de Palestina. Ella estaría llamada a ser testigo del plan liberador de Dios en el mundo, plan liberador que difiere en todo al plan del imperio, pues no se basa en las armas, sino en el poder de Dios que actúa en la Iglesia. Plan que ya estaba presente en la historia a través de los profetas del Antiguo Testamento y que ahora por medio del Espíritu de Jesús se va realizando en la Iglesia, nuevo pueblo de Dios.

Autor, fecha y lugar de composición.
La tradición lo ha titulado «según san Lucas», dando así su autoría al «médico querido» de Pablo ( Col_4:14 ), que también aparece en Flm_1:24 . En cuanto a la fecha de su composición, el autor tiene noticia de la destrucción de Jerusalén (año 70), pero no de la persecución de Domiciano (año 90-95), y también parece vivir el rechazo oficial de la sinagoga a los cristianos (entre el año 85 y 90); por eso muchos biblistas sugieren como fecha probable la década de los 80. En cuanto al lugar de su composición hay mucha conjetura. La tradición habla tanto de Cesarea, Alejandría como del sur de Grecia, entre otros lugares.

Un evangelio que forma parte de una gran obra singular.
A pesar de su fuerte dependencia de Marcos y del hipotético documento Q, Lucas presenta un evangelio muy peculiar que le distingue notablemente de los demás.
Parte de un plan más amplio
. . Constituye la primera parte de una obra mayor que continúa con los Hechos de los Apóstoles, y ocupa una posición intermedia en el gran arco de la historia de la salvación, que comprende: el tiempo de las promesas del Antiguo Testamento; el tiempo de Jesús, realización de las promesas del Antiguo Testamento; y el tiempo de la Iglesia, el tiempo de la acción del Espíritu Santo. La conexión entre estos «tres tiempos» de la historia de la salvación es esencial para conocer la misión de Jesús tal como nos la presenta Lucas en su evangelio. Los personajes de la infancia, especialmente Simeón, encarnan esa tensión entre el pasado y el momento culminante que ha llegado. No menos importante es la continuación de la obra de Jesús: la expansión de la Iglesia. Como el Antiguo Testamento profetiza y prefigura a Jesús, así Jesús profetiza y prefigura la misión de los apóstoles. Los forma a su lado, los instruye, los previene, les da su Espíritu. Después, al contar sus «Hechos», Lucas se complace en establecer paralelos, en ver en esos pioneros de la primera evangelización el modelo de Jesús que sigue presente y actuando en su Iglesia y en el mundo.
Visión histórica.
Lucas se presenta como un historiador al mejor estilo griego: cuidadoso en consultar sus fuentes y exponer los hechos. Sabe recoger y ordenar los datos de los acontecimientos que le interesa narrar. Sin dejar de proclamar la fe, intenta hacer una obra de historiador. Entrelaza su relato con fechas de la historiografía secular, colocando así la misión de Jesús en el amplio marco de los acontecimientos del imperio. En su evangelio una comunidad de creyentes, autónoma y consolidada vuelve la mirada hacia sus orígenes, hacia la vida de Jesús, desde sus inicios hasta su ascensión al cielo. Y a la vez, una comunidad, sanada ya de aguardar una parusía inminente, toma conciencia de su ser y de su vocación histórica en el seno de la ordenación política y cultural de su tiempo.

Jerusalén
. Es el centro geográfico y teológico de su obra. Allí comienza y concluye el itinerario de Jesús. De allí arranca la evangelización, en alas del Espíritu, hasta el confín del mundo.

Jesús, movido por el Espíritu, anuncia la liberación. Los «tres tiempos» de la historia de la salvación se mueven en Lucas a impulso del Espíritu Santo. Es Él el que inspira y guía a los profetas y las profetisas del Antiguo Testamento hasta sus dos últimos representantes, Simeón y Ana ( Col_2:25-38 ). Es Él el que desciende plena y definitivamente sobre Jesús de Nazaret ( Col_3:21 s). Y es Él el que, siendo ya el Espíritu del resucitado, inaugura el tiempo de la Iglesia en Pentecostés, llevando la palabra de vida y liberación del Evangelio hasta los confines del mundo y hasta el final de los tiempos. El tema dominante de su evangelio arranca de la escena programática en la que Jesús, movido por el Espíritu, da inicio a su ministerio: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la Buena Noticia a los pobres... la libertad a los cautivos... a los oprimidos... para proclamar el año de gracia del Señor» ( Col_4:18 s). Después vendrá el viaje ascencional hacia Jerusalén ( Col_9:51 ), que llevará a Jesús junto a sus discípulos hacia la cruz, hacia el cielo.
Por el camino va derramando la misericordia y el perdón, acogiendo a los pecadores, buscando a los extraviados y ayudando a los pobres y necesitados. Su predicación se abre a los paganos -incluso procura dejar bien parados a varios personajes romanos-, a la vez que registra una creciente oposición de las autoridades judías. Las mujeres, minusvaloradas y despreciadas en su cultura, desempeñan un papel sobresaliente en su ministerio. Como fruto de la liberación, va dejando tras de sí una estela de gozo y de alegría. El Espíritu comienza a actuar, preparando su acción dominante en los Hechos.
Con otra escena programática cierra Lucas su evangelio: Jesús resucitado, en viaje hacia Emaús, propone la clave pascual del cumplimiento de la profecía y la sella con una eucaristía ( Col_24:13-35 ).

Sinopsis. Empieza con una doble introducción, notable por su construcción en bloques paralelos: infancia de Juan y de Jesús (1s). Continúa con el bautismo y las tentaciones ( Col_3:1-4 , 13). El ministerio en Galilea se abre con la fuerza del Espíritu ( Col_4:14 ) y se cierra con el poder del nombre de Jesús actuando más allá del círculo de sus discípulos ( Col_9:49 s). Sigue el gran viaje a Jerusalén como cuadro narrativo (,28) y concluye toda la obra en esta ciudad: confrontación, pasión, muerte, resurrección y ascensión (,53).

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Lucas 21,1-4La ofrenda de la viuda. La escena de las ofrendas que echaban los ricos, en contraste con lo que ha depositado la viuda, que era lo único que tenía, sirve también a Jesús para ilustrar otro aspecto más de las relaciones que tienen que surgir en la nueva sociedad inaugurada por el reino. Ya no es lo valioso, lo aparentemente grande ni lo poderoso la medida para juzgar a la nueva sociedad, sino el desprendimiento, la generosidad y, sobre todo, la fe y convicción de que entregándolo todo por el reino, es decir, por un modo de vida solidario, fraterno, e igualitario, nadie quedará en realidad desposeído ni desprotegido.


Lucas 21,5-19Discurso escatológico: destrucción del templo. La predicción de la ruina del Templo suscita una pregunta: «¿cuándo sucederá eso y cuál es la señal de que está para suceder?». La respuesta de Jesús es lo que constituye en Lucas el «discurso escatológico» que combina al menos tres motivos específicos: 1. La destrucción del Templo y de Jerusalén. 2. La venida del Hijo del Hombre. 3. El fin del mundo. Pero es importante aclarar que, según la orientación que le da Lucas a este discurso, la destrucción de Jerusalén no es exactamente un signo del final de los tiempos. Lo importante es que los discípulos se preparen, primero para no dar crédito fácilmente a las falsas alarmas de charlatanes o falsos mesías, y segundo. para soportar la violencia y la persecución por parte de los enemigos del Evangelio del reino y para que hagan de estas acciones una oportunidad magnífica de dar testimonio.
Lucas 21,20-24La gran tribulación. El asedio y la destrucción de Jerusalén no se confunden con el final del mundo o de la historia. El plan de Dios sigue adelante y, precisamente, la ciudad y el Templo en ruinas será la ocasión para que las naciones extranjeras que no conocían a Dios, lo conozcan y se sometan a Él.
Lucas 21,25-33La parusía. Los eventos cósmicos con que Lucas describe este pasaje sobre la venida del Hijo del Hombre no hay que tomarlos en sentido literal, evocan una manera de pensar típica de la literatura apocalíptica (cfr. Dan_7:13s) y sirven para establecer la diferencia entre esta primera manifestación o Encarnación de Jesús, sometido a la naturaleza y limitación humana y su segunda venida en todo poder y gloria como Amo y Señor del tiempo, de la historia y del mundo. A los discípulos les toca estar muy atentos a los signos de los tiempos (29-31); lo importante es saber descubrir esos signos y pensar que la venida de Jesús tiene como finalidad específica la liberación de toda la creación. Ésta es la esencia de la esperanza escatológica de la primitiva comunidad y es también nuestra esperanza.
Lucas 21,34-38Vigilancia y oración. Es un hecho que la comunidad lucana experimentaba ya el desánimo y el descuido respecto a las tareas de evangelización y de prácticas evangélicas porque el tiempo pasaba y la parusía no llegaba. Esta invitación puesta en labios de Jesús previene para no caer en la apatía y en la desesperanza. La misma situación se percibe en las comunidades de todos los evangelistas (cfr. Mat_24:43-51; Mar_13:33-36).