Marcos 10 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 52 versitos |
1 Llegaron unos fariseos y, para ponerlo a prueba, le preguntaron:
–¿Puede un hombre separarse de su mujer?
2 Les contestó:
–¿Qué les mandó Moisés?
3 Respondieron:
– Moisés permitió escribir el acta de divorcio y separarse.
4 Jesús les dijo:
– Porque son duros de corazón escribió Moisés semejante precepto.
5 Pero al principio de la creación Dios los hizo hombre y mujer,
6 y por eso abandona un hombre a su padre y a su madre, [se une a su mujer]
7 y los dos se hacen una sola carne. De suerte que ya no son dos, sino una sola carne.
8 Así pues, lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre.
9 Una vez en la casa, los discípulos le preguntaron de nuevo acerca de aquello.
10 Él les dijo:
– El que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio contra la primera.
11 Si ella se divorcia del marido y se casa con otro, comete adulterio.
12

Bendice a unos niños
Mt 19,13-15; Lc 18,15-17

Le traían niños para que los tocase, y los discípulos los reprendían.
13 Jesús, al verlo, se enojó y dijo:
– Dejen que los niños se acerquen a mí; no se lo impidan, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos.
14 Les aseguro, el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
15 Y los acariciaba y bendecía imponiendo las manos sobre ellos.
16

El joven rico
Mt 19,16-30; Lc 18,18-30

Cuando se puso en camino, llegó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
– Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar vida eterna?
17 Jesús le respondió:
–¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno fuera de Dios.
18 Conoces los mandamientos:
no matarás, no cometerás adulterio,
no robarás, no jurarás en falso,
no defraudarás;
honra a tu padre y a tu madre.
19 Él le contestó:
– Maestro, todo eso lo he cumplido desde la adolescencia.
20 Jesús lo miró con cariño y le dijo:
– Una cosa te falta: ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme.
21 Ante estas palabras, se llenó de pena y se marchó triste; porque era muy rico.
22 Jesús mirando alrededor dijo a sus discípulos:
– Difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas.
23 Los discípulos se asombraron de lo que decía. Pero Jesús insistió:
–¡Qué difícil es entrar en el reino de Dios!
24 Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios.
25 Ellos llenos de asombro y temor se decían:
– Entonces, ¿quién puede salvarse?
26 Jesús los quedó mirando y les dijo:
– Para los hombres es imposible, pero no para Dios; porque para Dios todo es posible.
27 Pedro entonces le dijo:
– Mira, nosotros hemos dejado todo y te hemos seguido.
28 Jesús le contestó:
– Todo el que deje casa o hermanos o hermanas o madre o padre o hijos o campos por mí y por la Buena Noticia
29 ha de recibir en esta vida cien veces más en casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y campos, en medio de las persecuciones, y en el mundo futuro la vida eterna.
30 Porque muchos primeros serán los últimos y muchos últimos serán los primeros.
31

Tercer anuncio
de la pasión y resurrección
Mt 20,17-19; Lc 18,31-34

Iban de camino, subiendo hacia Jerusalén. Jesús se les adelantó, ellos estaban sorprendidos y los que le seguían iban con miedo. Él reunió otra vez a los Doce y se puso a anunciarles lo que le iba a suceder:
32 – Miren, estamos subiendo a Jerusalén: el Hijo del Hombre será entregado a los sumos sacerdotes y los letrados, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos,
33 que se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y le darán muerte, y luego de tres días resucitará.
34

Contra la ambición
Mt 20,20-28

Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron:
– Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir.
35 Les preguntó:
–¿Qué quieren de mí?
36 Le respondieron:
– Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda.
37 Jesús replicó:
– No saben lo que piden. ¿Son capaces de beber la copa que yo he de beber o recibir el bautismo que yo voy a recibir?
38 Ellos respondieron:
– Podemos.
Jesús les dijo:
– La copa que yo voy a beber también la beberán ustedes, el bautismo que yo voy a recibir también lo recibirán ustedes;
39 pero sentarse a mi derecha y a mi izquierda no me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado.
40 Cuando los otros lo oyeron, se enojaron con Santiago y Juan.
41 Pero Jesús los llamó y les dijo:
– Saben que entre los paganos los que son tenidos por gobernantes dominan a las naciones como si fueran sus dueños y los poderosos imponen su autoridad.
42 No será así entre ustedes; más bien, quien entre ustedes quiera llegar a ser grande que se haga servidor de los demás;
43 y quien quiera ser el primero que se haga sirviente de todos.
44 Porque el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.
45

Sana a un ciego
Mt 20,29-34; Lc 18,35-43

Llegaron a Jericó. Y cuando Jesús salía de allí con sus discípulos y un gentío considerable, Bartimeo – hijo de Timeo– , un mendigo ciego, estaba sentado al costado del camino.
46 Al oír que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar:
–¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!
47 Muchos lo reprendían para que se callase. Pero él gritaba más fuerte:
–¡Hijo de David, ten piedad de mí!
48 Jesús se detuvo y dijo:
– Llámenlo.
Llamaron al ciego diciéndole:
–¡Ánimo, levántate, que te llama!
49 Él dejó el manto, se puso en pie y se acercó a Jesús.
50 Jesús le dirigió la palabra:
–¿Qué quieres de mí?
Contestó el ciego:
– Maestro, que recobre la vista.
51 Jesús le dijo:
– Vete, tu fe te ha salvado.
Al instante recobró la vista y le seguía por el camino.
52

Entrada triunfal en Jerusalén
Mt 21,1-11; Lc 19,29-40; cfr. Jn 12,12-19

Cuando se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al monte de los Olivos, envió a dos discípulos

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Introducción a Marcos

Marcos

Contexto histórico. La obra de Marcos nos sitúa en la segunda generación cristiana. El Evangelio ya ha traspasado las fronteras religiosas del mundo judío y se ha abierto también a los paganos, llegando hasta el mismo centro geográfico, económico y político del poder imperial romano: la ciudad de Roma. Allí el cristianismo muy pronto es catalogado como movimiento sospechoso y es duramente perseguido y castigado. En este contexto, probablemente, Marcos escribe su evangelio: «la Buena Noticia de Jesús, Mesías. Hijo de Dios» (1,1).

Destinatarios. Una tradición muy antigua los identifica con la comunidad perseguida de Roma en tiempos de Nerón (año 64). Se trataría de una comunidad mayoritariamente de origen pagano, pobre y en crisis, que estaría llamada a dar razón de su fe e identidad tal como la dio su Maestro y Señor en la cruz.

Autor, fecha y lugar de composición. Desde siempre se le ha llamado «según san Marcos», atribuyendo la autoría a un discípulo de Pedro: el mismo Juan Marcos que se nombra en el libro de los Hechos ( Hch_12:12 .25; Hch_13:13 ; Hch_15:37 .39) y que envía saludos en Col_4:10 ; Flm_1:24 y 1Pe_5:13 . Aunque tal atribución no es absolutamente cierta, no hay razones suficientes ni convincentes para negarla. En cuanto a la fecha de su composición, según la tradición, Marcos escribió su evangelio después de la muerte de Pedro (año 64); y según las pistas que nos ofrece su evangelio, antes de la destrucción de Jerusalén en la guerra judío-romana (año 70); por eso, muchos biblistas sugieren como fecha probable los años entre el 65 y 70. En cuanto al lugar de composición, Roma es la hipótesis más aceptada, no sólo porque así lo avala la tradición, sino también por ciertas referencias del mismo evangelio, como la explicación de palabras arameas, las alusiones al sufrimiento y a la persecución, y la relativa frecuencia de palabras y locuciones latinizadas.

Un evangelio por mucho tiempo desconocido... y hoy de sorprendente actualidad. Hasta finales del s. XIX apenas se prestó atención al evangelio de Marcos. La tradición de la Iglesia lo había relegado a un segundo plano en comparación con los demás sinópticos, ya sea por su estilo parco: pobre de vocabulario, monótono y repetitivo; o porque apenas ofrecía nada nuevo que no se encontrase mejor elaborado en Mateo o Lucas. O quizás, porque la misma Iglesia aún no estaba preparada para captar en toda su grandeza descarnada su mensaje inconformista.
Todo comenzó a cambiar cuando a finales del s. XIX, y sobre todo durante el s. XX, la crítica histórica lo descubrió como el primer y más genuino testimonio escrito sobre el Jesús histórico, en el que se inspiraron tanto Mateo como Lucas. El interés ha ido en aumento hasta nuestros días, al irse desvelando poco a poco la finalidad que perseguía: confrontar a sus lectores con el sorprendente misterio de la identidad de Jesús de Nazaret, un misterio que sigue fascinando al hombre y a la mujer de hoy, tanto como hace 2.000 años.

¿Quién es Jesús de Nazaret para Marcos? El tema de su evangelio es la persona de Jesús y la reacción de la gente a su paso. Marcos escribe su evangelio a la luz de la resurrección, pero no abusa de ella; al contrario, pone énfasis en presentar a Jesús crucificado más que resucitado, y a la gente cegada y deslumbrada más que iluminada.
Ya al principio de su obra declara que Jesús es ante todo «Hijo de Dios» y que el relato de su vida es una «Buena Noticia» ( 1Pe_1:1 ). Complementa esto con una declaración solemne del Padre ( 1Pe_1:11 ), un impulso del Espíritu ( 1Pe_1:12 ), una victoria fulgurante sobre Satanás y una pacificación cósmica -con las fieras- ( 1Pe_1:13 ). Es entonces cuando presenta a Jesús anunciando la inminente llegada del reino de Dios, pero su anuncio provoca una confrontación dramática. A Jesús no lo comprende su familia ( 1Pe_3:21 ) ni sus paisanos ( 1Pe_6:1-6 ), tampoco sus discípulos ( 1Pe_4:41 ; 1Pe_6:51 s). Los fariseos -poder religioso- y los herodianos -poder político- deciden eliminarlo ( 1Pe_3:6 ). Con todo, algunos paganos reconocen su poder ( 1Pe_5:18-20 ; 1Pe_7:24-30 ). Los discípulos están ciegos, no comprenden el anuncio de su pasión; pero Jesús, que puede sanar a los ciegos ( 1Pe_8:22-26 ), también puede sanar a sus discípulos. No sería una aberración decir que en este evangelio Jesús no facilita la comprensión de su persona. Manifiesta su poder milagroso, pero a la vez impone silencio; se aleja de los suyos, pero siempre está pendiente de ellos; revela su gloria en la transfiguración, pero impone reserva hasta su resurrección. Marcos evoca una figura desconcertante ante un auditorio desconcertado.

¿Quién es el seguidor de Jesús para Marcos? Paralelamente al desconcertante misterio de la identidad de Jesús, Marcos desarrolla en su evangelio la no menos desconcertante condición del discípulo; parece como si el primer plano de su narración lo ocupara dicha relación, que se desarrolla como una catequesis progresiva. Siempre están juntos, pues para eso los eligió: «para que convivieran con él» ( 1Pe_3:14 ). Todo lo hace en presencia de ellos. Estos discípulos, en la intención de Marcos, simbolizan a los destinatarios, de aquel entonces y de ahora, a quienes dirige su evangelio. Es esta relación la que estructura el plan de su obra. En la primera parte ( 1Pe_1:1-8 , 30), Jesús va implacablemente desmantelando todas las ideas preconcebidas que tenían de Dios y del Mesías prometido. El trabajo es arduo. No entienden sus parábolas ( 1Pe_4:13 ); tienen miedo ante su poder ( 1Pe_4:41 ); tampoco entienden sus milagros ( 1Pe_6:52 ; 1Pe_7:37 ). Parece como si todas sus instrucciones cayeran en saco roto ( 1Pe_8:17-21 ). La sanación del ciego de Betsaida ( 1Pe_8:22-26 ) introduce el comienzo de la sanación de la ceguera de los discípulos, dramatizada en la confesión de Pedro ( 1Pe_8:27-30 ). Ambas escenas ocupan el quicio del evangelio. A partir de entonces, la catequesis de Jesús se centra en la condición sufriente del Mesías, una cruz que debe cargar el discípulo que quiera seguirle ( 1Pe_8:34 ). Les anuncia tres veces su próxima pasión, muerte y resurrección. Ellos siguen sin comprender, pero el camino está ya despejado para que sea su misma muerte silenciosa en la cruz la que desvele definitivamente el misterio de su identidad. Así llega Marcos al punto culminante de su relato, afirmando por boca del centurión: «realmente este hombre era hijo de Dios» ( 1Pe_15:39 ). Su confesión es como la respuesta a la voz del Padre con la que comenzó su evangelio: «Tú eres mi Hijo querido, mi predilecto» ( 1Pe_1:11 ). El centurión representa a Roma, el poder pagano de aquel entonces, que por la cruz alcanza su fe. Pero también representa a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos a quienes Jesús sale a su encuentro, y son invitados a descubrirlo y conocerlo como Hijo de Dios y Salvador del mundo en situaciones de cruz, de muerte y de desesperanza. Para ellos y ellas escribió Marcos su evangelio.

Sinopsis. Inicia el evangelio con una pequeña introducción que prepara a Jesús para su ministerio ( 1Pe_1:1-13 ). Sigue a esta introducción la actividad que realiza en Galilea (,23). Tras un intermedio en Fenicia y Cesarea (,26), sucede el cambio decisivo, con la confesión de Pedro, la transfiguración, el anuncio de la pasión, y el camino hacia Jerusalén (,52). En Jerusalén, Jesús es presentado como profeta y Mesías (11-13), cuyos contenidos y características se desarrollan en el relato de la pasión y resurrección ( 1Pe_14:1-16 , 8). Hasta aquí la obra de Marcos. Posteriormente, alguien le añadió un apéndice ( 1Pe_16:9-20 ) para paliar un poco el final desconcertante del autor.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Marcos 10,1-12Sobre el divorcio. Jesús abandona definitivamente Galilea para iniciar el camino hacia Jerusalén. A los fariseos no les interesa la posición de Jesús frente al matrimonio, sino su interpretación de Deu_24:1 en torno al divorcio. Según la legislación judía sólo el hombre tenía derecho a pedir el divorcio, por infidelidad, según la escuela de Rabí Shamai, o por cualquier cosa que pudiera desagradar al marido, dejar quemar la comida, por ejemplo, según la escuela de Rabí Hillel. Jesús, aludiendo a Moisés, enseña que la Palabra de Dios debe interpretarse de acuerdo a la realidad del momento, pero sin olvidar que hay claves hermenéuticas puestas por Dios que no cambian; por ejemplo, la igualdad del hombre y la mujer (cfr. Gén_1:27), y el amor, fundamento de toda unión matrimonial. Jesús insiste en la fidelidad al pacto de amor. El matrimonio es un proyecto de amor que implica igualdad en derechos, dignidad y obligaciones, y excluye, por tanto, toda relación de dominio. Mientras haya amor, hay matrimonio y habrá corazón para soñar y para perdonar.


Marcos 10,13-16Bendice a unos niños. Los discípulos siguen creyendo que tienen la exclusividad del reino. No han entendido que la tarea del misionero es acercar la gente a Jesús antes que impedírselo. El reino de Dios debe ser acogido con la actitud de un niño, que al contrario de la actitud dañina de los fariseos, busca con alegría y sencillez la persona de Jesús.
Marcos 10,17-31El joven rico. Al joven rico lo distingue el verbo «acumular»: riquezas, prestigio, méritos por cumplir los mandamientos, etc. Jesús le propone pasarse al verbo «compartir»: su vida con Jesús (discipulado) y su riqueza con los pobres. En aquellos tiempos la riqueza se consideraba un signo del favor divino. Jesús, siguiendo la línea profética (Isa_3:14s; Isa_5:8; Amó_2:6-7; Amó_4:1; Miq_3:1-4), sabe que los pobres y los ricos no son fruto de la voluntad de Dios, sino de la acumulación de unos pocos que empobrecen a la mayoría. La riqueza es un obstáculo para el reino. El joven rico, aunque se esfuerza como persona en ser bueno, su riqueza lo convierte en constructor de una sociedad injusta, y no del reino de Dios, que busca hacer de esta tierra un espejo del cielo donde la justicia, el amor y la paz alcancen para todos. Pedro, reconociendo la tendencia natural del ser humano a acumular, pregunta con preocupación, ¿quién puede salvarse? Jesús responde con dos claves: la salvación es un don de Dios y compartir la vida con Jesús y con los pobres (Buena Noticia) tiene su recompensa en este mundo y luego en la vida eterna. La opción por los pobres no excluye a los ricos; son los ricos los que se autoexcluyen por no optar por los pobres. La no equitativa redistribución de la riqueza en el mundo es un pecado «multinacional» que día a día se amontona hasta el cielo (Apo_18:5).
Marcos 10,32-34Tercer anuncio de la pasión y resurrección. Jesús acepta concientemente su destino, no porque sea un adivino, sino porque conoce su realidad y sabe que las autoridades religiosas y políticas eliminan a todos los que se oponen a sus intereses. Notemos el contraste entre Jesús, que va adelante, decidido y convencido de «subir» a Jerusalén, y los discípulos que lo siguen con miedo. No terminan de entender que el seguimiento de Jesús implica avanzar por caminos, unas veces de fiesta y otras de pasión, pero que conducen siempre a experiencias de resurrección. Tres días es el plazo máximo para la intervención divina a favor del justo paciente (Ose_6:2).
Marcos 10,35-45Contra la ambición. No sabemos si Santiago y Juan, con su petición, están pensando piadosamente en la gloria de los cielos o, codiciosamente en la gloria y el poder de la tierra. Cualquiera de las dos interpretaciones no coincide con los planes de Dios, porque buscan intereses personales por encima de los demás, porque tergiversan el seguimiento de Jesús, que es ante todo una opción de vida y no un trampolín para obtener privilegios, y porque el camino de la gloria es el camino de la cruz. La copa es símbolo de sufrimiento (14,36) y el bautismo, símbolo de inmersión («sumergir») en la pasión y muerte de Jesús (Rom_6:3). Jesús aprovecha la ocasión para instruir a los discípulos sobre el tema del poder y del servicio. Los gobernantes y los poderosos utilizan el poder para abusar y oprimir al pueblo. Por el contrario, Jesús instituye el servicio como requisito fundamental para los animadores y dirigentes cristianos, sea en el campo religioso, político o económico.
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