Eclesiástico 45 La Biblia de Nuestro Pueblo (2006) | 27 versitos |
1 Amado de Dios y de los hombres,
Moisés, ¡bendita su memoria!:
2 le dio gloria como de un dios,
lo hizo poderoso entre los grandes;
3 a su palabra se precipitaban los signos,
lo mostró poderoso ante el rey,
le dio mandamientos para su pueblo y le mostró su gloria;
4 por su fidelidad y humildad
lo escogió entre todos los hombres,
5 le hizo escuchar su voz
y lo introdujo en la nube espesa;
puso en su mano los mandamientos,
ley de vida y de inteligencia,
para que enseñase los preceptos a Jacob,
sus leyes y decretos a Israel.
6 Consagró a AARÓN, de la tribu de Leví,
7 otorgándole un derecho perpetuo,
le concedió el gran honor de servir a la majestad del Señor;
le ciñó espléndido ornamento y lo revistió con manto de gala,
8 le vistió ornamentos preciosos,
insignias de poder y dignidad: calzón, túnica y manto,
9 y un cinturón de granadas, con cascabeles alrededor
que sonasen suavemente al caminar,
para que el sonido se oyese en el santuario,
como aviso para la gente.
10 Ornamentos sagrados de oro y púrpura y lino, labor de artesano;
el pectoral de las suertes, el efod y el cinturón
11 tejido por un maestro con hilo escarlata;
en el pectoral piedras preciosas engarzadas y grabadas como sellos,
piedras variadas, grabadas en relieve,
una por cada tribu de Israel.
12 Corona de oro sobre el turbante
y una flor con la inscripción Consagrado:
honor, dignidad, gloria y poder,
encanto de los ojos, belleza perfecta.
13 Antes de él no hubo cosa semejante: ningún laico la vestirá jamás,
solamente sus hijos y sus nietos sucesivamente.
14 Su ofrenda se quema totalmente,
dos veces al día, sin faltar.
15 Moisés mismo lo consagró:
ungiéndolo con óleo sagrado,
así obtuvieron una alianza perpetua él
y sus hijos, mientras dure el cielo,
para servir a Dios como sacerdotes
y bendecir al pueblo invocando su Nombre.
16 Lo escogió entre todos
para ofrecer holocaustos y grasa,
para ofrecer en obsequio aroma que aplaca,
para hacer la expiación por los israelitas.
17 Le confió los mandamientos
y autoridad para legislar y juzgar,
le encomendó normas y preceptos
para que enseñara las normas al pueblo
y los preceptos a los israelitas.
18 Unos laicos en el desierto
ardían de envidia contra él:
la gente de Datán y Abirán,
los secuaces arrogantes de Córaj.
19 El Señor, al verlo, se indignó
y los consumió en el incendio de su ira,
envió contra ellos un prodigio:
una llama que los devoró.
20 Pero aumentó la dignidad de Aarón, dándole su herencia,
le concedió como sustento las ofrendas sagradas,
21 comer lo ofrecido al Señor;
su porción es el pan presentado
como un don para él y su descendencia;
22 en cambio, no tiene propiedad en la tierra
ni reparte herencia con el pueblo,
su lote y herencia entre los israelitas son las ofrendas al Señor.
23 También FINEÉS, hijo de Eleazar,
hereda en tercer puesto esta dignidad;
pues con su celo por el Dios del universo
se mantuvo firme frente a la rebelión de su pueblo,
con su corazón y generosamente
expió por los israelitas.
24 También a él le aseguró Dios un derecho,
alianza de paz para cuidar del santuario;
otorgándole a él y sus descendientes
el sumo sacerdocio para siempre.
25 Aunque la alianza con David,
hijo de Jesé, de la tribu de Judá,
es herencia personal, debida a su dignidad,
la herencia de Aarón es para su descendencia.
26 Y ahora alaben al Señor, porque es bueno
y los corona de gloria.
Que les conceda prudencia para juzgar con justicia a su pueblo;
que no acabe la felicidad y el poder de ustedes nunca jamás.
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Introducción a Eclesiástico

ECLESIÁSTICO

El libro, su autor y fecha de composición. El título del libro y la firma del autor se encuentran en la parte final de la obra (57,27-29), como en el Eclesiastés. Bajo el título encontramos reunidos varios términos sapienciales: enseñanza, consejo, prudencia, sabiduría. El autor es «Simón, hijo de Jesús, hijo de Eleazar, hijo de Sirá» (50,27), hombre culto y experimentado, conocedor, por sus viajes, de diversos pueblos y culturas.
El libro fue compuesto en hebreo hacia el año 197 a.C. para reafirmar a los judíos de la Diáspora en la fidelidad a la ley y a la tradición de sus mayores, frente a la influencia generalizada de la cultura helenista. El texto hebreo desapareció pronto, quizás por no ser considerado como canónico por una parte de la tradición judía. Desde finales del s. XIX hasta la fecha, sin embargo, han ido apareciendo en diversos lugares fragmentos sueltos del original hebreo que equivalen a dos tercios de la obra completa.
La traducción griega, hacia el año 132 a.C., se debió al nieto de Ben Sirá. El abuelo había escrito en una lengua hebrea más bien académica, según los módulos formales hebreos. El nieto traduce al griego, lengua culta de estructura y estilo bien diversos. Cuenta con el antecedente de otros libros traducidos al griego. Su aclaración parece tener un tono apologético frente a los clásicos de la literatura griega: quiere salvar el prestigio del abuelo y de la literatura de su pueblo.
La «Sabiduría de Ben Sirá», uno de los libros más extensos del Antiguo Testamento, fue aceptado como canónico por la tradición cristiana, y llegó a ser tan leído en la Iglesia antigua que recibió el título de «Eclesiástico».

Contenido del Eclesiástico. Con Jesús Ben Sirá llegamos a un ejercicio profesional del saber, practicado en una escuela. Según sus confesiones en el libro, el autor se ha dedicado al estudio, enseñanza y exposición de lo que era tradicionalmente la sabiduría, sensatez o prudencia. Mantiene como fuentes del saber la experiencia, la observación y la reflexión; al mismo tiempo subraya el valor de la tradición (30,25; 36,16) y la necesidad de la oración (39,5-8).
En su tiempo la sabiduría consistía en buena parte en el estudio y comentario de textos bíblicos, narrativos y legales. De ordinario no cita explícitamente el pasaje comentado, se contenta con aludirlo; supone, quizás, que sus discípulos lo conocen. Al final del libro ofrece un brevísimo resumen de historia, en forma de tratado de vidas ilustres.
El principio de su doctrina consiste en una correlación: lo supremo de la sabiduría es el respeto o reverencia de Dios, y esto se traduce en el cumplimiento de la ley, sobre todo en lo que respecta a la justicia y misericordia para con los débiles y necesitados. Es en Israel donde esta sabiduría se ha hecho presente y operante.
Hombre tradicionalmente piadoso y humano, Ben Sirá, sabe inspirar la piedad y la confianza en Dios a sus oyentes. De todas formas, el horizonte en que se mueve su enseñanza no va más allá de la vida presente donde, según la doctrina tradicional de la retribución, Dios recompensará al que le permanece fiel y castigará a los descarriados.



PRÓLOGO

Muy pocos libros del Antiguo Testamento cuentan con una información tan explícita de la totalidad de la obra, tal como lo encontramos aquí. Estas líneas escritas por el traductor del libro del hebreo al griego, nos informa varias cosas importantes: 1. Los motivos que tuvo para escribirlo: para que los lectores aprendan y puedan ayudar a los de fuera. 2. El autor: mi abuelo Jesús. Este Jesús, según 50,27 es hijo de un tal Eleazar, hijo de Sirá, de Jerusalén. 3. Las fuentes que inspiraron al autor: La Ley, los Profetas y los restantes libros paternos. 4. Motivos y destinatarios de la traducción al griego: ofrecer a los judíos de la dispersión la oportunidad de instruirse en las tradiciones de su pueblo, en una lengua que dominaban más que la de sus ancestros. 5. Contexto del traductor y de la traducción: Egipto, año 132; finalización del trabajo de traducción, año 117 a.C.

Fuente: La Biblia de Nuestro Pueblo (Liturgical Press, 2006),

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Notas

Eclesiástico 45,6-26Aarón y Finees. Ningún comentarista afirma que Ben Sirá sea sacerdote, pero que siente una admiración y una veneración inmensas por esta institución y por ciertas figuras sacerdotales, es un hecho palpable, lo cual se puede ver en el espacio dedicado a Aarón (6-22) no sólo para elogiar sus actitudes personales, sino para describir sus arreos sacerdotales, con lo cual nos prepara al gran elogio que hará de Simón, sacerdote contemporáneo de la época de Ben Sirá.